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“La Argentina no se reencontrara a sí misma sin el retorno a sus orígenes. No la salvarán los planes económicos, la urnolatría democrática ni los golpes militares sino el regreso a la Fe. a Dios y a sus mandamientos, el reconocimiento de la Realeza del Verbo Encarnado, la instauración de la Patria en Cristo, que es la única posible civilización del Amor. Por eso el Nacionalismo debe caracterizarse por su respeto a lo tradicional, por la vuelta a lo que hay de eterno en el pasado.
Y por ello, el Nuevo Orden Internacional, que se construye ignorando al Único Rey Divino, no solo aparece como un nuevo intento de edificar al mundo como una nueva Torre de Babel, sino que de lograrse —cosa que dudamos— solo podrá ofrecer una base material apta para el reinado del Anticristo.”
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