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Por: Michael J. Matt | Editor The Remant
Traducido por Luis Román
Profesión de fe en Jesucristo y su Iglesia como único camino hacia Dios y hacia la salvación eterna
Creemos y profesamos inquebrantablemente lo que el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia ha enseñado continua e infaliblemente desde el tiempo de los Apóstoles, a saber:Que la fe en Jesucristo, Hijo encarnado de Dios y único Salvador de la humanidad, es la única religión querida por Dios.
Después de la institución de la nueva y eterna Alianza en Jesucristo, nadie puede salvarse por adherirse a las enseñanzas y prácticas de religiones no cristianas. Porque “la oración, que se dirige a Dios, debe estar unida a Cristo, Señor de todos los hombres, único Mediador (1 Tm 2,5; Hb 8,6; 9,15; 12,24) y sólo por medio del cual tenemos acceso a Dios (Rm 5,2; Ef 2,18; 3,12)” ( Instrucción general de la Liturgia de las Horas , n. 6).
Creemos firmemente que “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hch 4,12), sino el nombre de nuestro Señor Jesucristo, el que fue crucificado y a quien Dios resucitó de entre los muertos (cf. Hch 4,10).
Creemos que es “contrario a la fe católica considerar a la Iglesia como un camino de salvación junto a los constituidos por las otras religiones, consideradas como complementarias de la Iglesia o sustancialmente equivalentes a ella, aunque se diga que éstas convergen con la Iglesia hacia el reino escatológico de Dios” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus , 21).
Sostenemos además que la Revelación Divina, transmitida fielmente por el Magisterio perenne de la Iglesia, prohíbe afirmar:
Que todas las religiones son caminos hacia Dios,Que la diversidad de identidades religiosas es un don de Dios, y Que la diversidad de religiones es expresión de la sabia voluntad de Dios Creador.
Sostenemos, por tanto, que los cristianos no son simplemente “compañeros de viaje” junto con los seguidores de religiones falsas, lo cual Dios prohíbe.Imploramos fervientemente la ayuda de la gracia divina para todos aquellos clérigos que hoy, con sus palabras y acciones, contradicen la verdad divinamente revelada acerca de Jesucristo y su Iglesia como el único camino por el cual los hombres pueden llegar a Dios y a la salvación eterna. Que con la ayuda de la gracia divina, estos clérigos puedan ofrecer una retractación pública, necesaria para el bien de su propia alma y de las almas de los demás. Porque “no aceptar a Cristo es el mayor peligro para el mundo” (San Hilario de Poitiers , In Matth . 18).
Por las oraciones, lágrimas y sacrificios de todos los verdaderos hijos e hijas de la Iglesia, y especialmente de los “pequeños” en la Iglesia, que los Pastores de la Iglesia, y en primer lugar el Papa Francisco, reciban la gracia de emular a los Apóstoles, innumerables Mártires, numerosos Romanos Pontífices y una multitud de Santos, especialmente a San Francisco de Asís, quien “era un hombre católico y enteramente apostólico, que se dedicó personalmente y mandó a sus discípulos que se ocuparan ante todo de la conversión de los paganos a la Fe y a la Ley de Cristo” (Papa Pío XI, Encíclica Rito Expiatis , 37).
Creemos y, con la gracia de Dios, estamos dispuestos a dar nuestra vida por esta verdad divina pronunciada por Jesucristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14,6).
+ Athanasius Schneider ,
obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astanacan
Con los participantes de la Conferencia de Identidad Católica 2024 Pittsburgh, 29 de septiembre de 2024
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