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Por Luz García Hamilton. Tucumán, 9 de febrero de 2025.-

Son casi las 2 de la mañana….digamos madrugada del 9 de Febrero y estoy sin poder dormir, en una noche espléndida en Villa Nougués. No dejo de pensar que hace 50 años, por orden de una Presidente peronista y Constitucional y con el apoyo de todos sus Ministros, el Congreso de la Nación y sobre todo de los ciudadanos, cientos de soldados llegaban al monte tucumano para comenzar una lucha cruel en defensa de su Patria. El decreto de María Estela Martínez de Perón decía ” aniquilar” al enemigo. Había que erradicar a la Guerrilla qué, adiestrada en Cuba, quería instalar el Comunismo en Argentina. La guerra fué cruel, como toda guerra. Ojalá nunca hubiese sucedido, pero para entenderla, si acaso cabe la palabra ” entenderla”, habría que situarse en ese contexto de caos y anarquía, de secuestros, de bombas que estallaban cada noche, de cobardes asesinatos incluso a civiles y a niños, de atentados terroristas que sembraron pánico. Atentados y violencia que instalaron ellos, los terroristas que querían una Patria Comunista.
Cuando las tropas del Ejército aterrizaron en Tucumán, la enorme mayoría de los tucumanos celebramos de manera espontánea y aplaudimos en las calles. El Ejército y las Fuerzas de Seguridad hacían su entrada triunfal en la provincia. Venían orgullosos a defender su bandera, a dar la vida por su Patria. Con ellos venían soldados conscriptos que sin saber nada, debían adentrarse con valor en los cerros tucumanos.
Han pasado 50 años….medio siglo y las heridas siguen abiertas para unos y para otros. Miles de familias quedaron destruidas, con historias dolorosas, muchas incomprensibles. Mi respeto es para todos. Pero siento que mientras unos gozan de jugosas pensiones por haber sido guerrilleros y fueron premiados con altos cargos, otros, esos que salieron con valentía a defender la democracia porque para éso fueron formados , y que en su enorme mayoría eran jóvenes que debían obedecer órdenes, llevan años y años privados de su libertad y sometidos a las humillaciones más atroces que se puedan imaginar. Sufriendo ellos y sus familias pero sin perder jamás la dignidad. Personas casi todas con 80 años y más PRESAS, muchos sin condena firme, muchos con años y años de prisión preventiva, todos de manera ilegal porque esas leyes de lesa humanidad, no existían al momento de los hechos.
Y vuelvo a mi noche de insomnio y pienso en todos ellos… .salgo al balcón otra vez, y veo la oscuridad y allá abajo para un lado las luces de la ciudad titilando, para el otro en la oscuridad las figuras de los árboles del monte tucumano y allá abajo alguna lucesita en Lules “tras” la Quebrada. ….solo siento el ruido del viento en una noche cálida, el de los grillos, y allá a lo lejos algún perro ladrar. y vuelvo a pensar en ellos…..en lo que habrán pensado y sentido al llegar a la selva tucumana y al encontrar todo ésto…..al mirar el cielo tapado de estrellas y al sentir las ráfagas de viento entre los árboles. Cuanto habrán pensado en sus familias, muchos no habrán vuelto nunca más. …otros miles repito, Siguen presos…..a algunos les han quitado el sueldo y su grado como militar….. Vuelvo a mirar el cielo y de nuevo las luces de la ciudad y los árboles de la quebrada de Lules. ….y una y otra vez pienso que hace 50 años!!!!!!! 50 años y siguen presos!!!! 50 años y no hemos sido capaces de pacificar, 50 años y ellos, los terroristas o los miles de jóvenes a los que les han contado sólo una parte de la historia, todavía quieren venganza…..50 años y tanto, tantísimo dolor.

Honor y Gloria Soldados de la Patria. Hoy quisiera salir a la calle tranquila y orgullosa y ver a esas tropas desfilar. Quisiera verlos a todos en libertad y quisiera que nosotros, los ciudadanos pudiéramos salir espontáneamente a la calle a aplaudirlos, como hace 50 años, cuando sentíamos que uds, integrantes del Ejército Argentino, nos traían paz y tranquilidad. Hoy, ya 9 de Febrero, mirando estos cerros en el silencio de esta noche, vaya mi agradecimiento eterno Soldados de la Patria. Honor y Gloria para uds. y mi grito junto al grito de millones de argentinos que pedimos Libertad, Libertad, LIBERTAD.

Luz García Hamilton
9 de Febrero 2025

LOS LIBROS QUE NARRAN EL COMBATE A LA GUERRILLA RURAL, A 50 AÑOS DE SU INICIO

Cómo se contó la Operación Independencia

A comienzos de 1975, el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón puso en marcha un despliegue militar en Tucumán para combatir a los guerrilleros del ERP que se ocultaban en los montes de esa provincia, lo que puso un freno al desafío terrorista.

La viuda de Perón firmó el 5 de febrero el decreto N.º 261/75 que ordenaba a las Fuerzas Armadas “ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la Provincia de Tucumán”.

Nacía así la Operación Independencia que se prolongaría hasta mediados de 1976, primero a cargo del general Acdel Vilas y luego del general Antonio Domingo Bussi.

El ERP había instalado un foco guerrillero en la selva tucumana, con una Compañía de Monte a la que bautizó Ramón Rosa Jiménez.

Hasta el momento de la firma del decreto, los insurgentes habían producido en la provincia copamientos de pueblos, asesinatos, retenes en las rutas para exigir peajes o para detener ciudadanos a los que consideraran enemigos. Proclamaban tener ocupada una zona de Tucumán y habían anticipado la decisión de pedir en foros internacionales el reconocimiento de ese “territorio independiente liberado”.

Esa ocupación iba de la mano de ataques cada vez más osados a instalaciones militares en distintos puntos del país, como el asalto al Comando de Sanidad, a los cuarteles de Azul (Buenos Aires) o Villa María (Córdoba), y a un regimiento en Catamarca. El fracaso de ese último golpe decidió al ERP a lanzar, como desquite, una caravana de crímenes contra militares.

En ese marco, la muerte de la pequeña María Cristina Viola, de apenas 3 años, acribillada en Tucumán junto a su padre, el capitán Humberto Viola, marcó un punto de quiebre.

La brutalidad del atentado sacudió a la opinión pública y aceleraría la respuesta estatal a los grupos guerrilleros presentes en los montes tucumanos, donde el líder del ERP, Mario Roberto Santucho, soñaba con seguir el ejemplo de los vietnamitas.

Santucho había elegido una porción del territorio en el centro-oeste de la provincia, convencido de que la Cordillera de los Andes a sus espaldas impediría las operaciones de “cerco y aniquilamiento” de las Fuerzas Armadas.

Desde hacía tres años venía preparando su campaña rural, que incluyó una primera fase exploratoria, seguida de otra de incorporación de guerrilleros subidos desde las ciudades y entrenamientos a cargo de instructores chilenos, bolivianos o europeos.

Santucho, instruido en Cuba, como otros jefes del grupo, creía que las “condiciones objetivas” para el inicio de acciones se daban por la derechización del gobierno de Perón, aunque la falta de sigilo de sus hombres y los rastrillajes tempranos de la policía lo obligaron a acelerar sus planes.

La Compañía de Monte que había formado el ERP tenía su campamento principal en Fronterita y dos campamentos secundarios en Potrero Negro y La Horqueta. Y sus integrantes oscilaron en ese tiempo entre unos 70 y 200 hombres, aunque su red logística y sanitaria urbana abarcaba, según cálculos militares, a otros 1.200 hombres.

Contaban con fusiles FAL, FAP, subfusiles PAM y Halcón, escopetas Batan e Itaka, revólveres calibre 38 y pistolas 45 y 9 mm, granadas de mano, minas y explosivos como trotyl y gelamón.

Los libros que han abordado la respuesta militar a ese desafío, ya sea como objeto principal de estudio o como tema lateral, no son pocos. El tratamiento que se le dio a lo largo del tiempo a esos acontecimientos refleja las oscilaciones que hubo en la escritura del pasado.

He aquí un repaso por un puñado de volúmenes de referencia sobre el tema, enumerados en forma cronológica.

PRIMEROS RELATOS

– El Ejército de hoy, de Autores Varios, Círculo Militar, 1976. Uno de los primeros relatos oficiales del Ejército sobre el despliegue de tropas en Tucumán. Incluye narraciones sobre cómo fueron los principales enfrentamientos.

– Aniquilen al ERP!: La guerra sucia en el monte tucumano, de Héctor R. Simeoni, Cosmos, 1985. Primer libro significativo sobre el tema, hoy casi inhallable.

Se proponía el autor saldar el desconocimiento que primaba entonces sobre lo ocurrido en Tucumán, “suceso importante que, a diez años vista, aparece todavía sumergido en un incomprensible cono de sombra”.

Un primer obstáculo para esa tarea fue la imposibilidad de encontrar a ex guerrilleros que admitieran haber combatido en la provincia norteña. En el caso de los militares, existía una razonable barrera de silencio debido al desarrollo de los tempranos juicios por la lucha antisubversiva.

Aun así, Simeoni logró recopilar elocuentes relatos en primera persona de cuadros del Ejército en actividad o retirados que accedieron a responder a sus consultas, pero sólo a condición de que “su nombre fuera mantenido en reserva”.

“Así se llegó a compilar esta serie de relatos tomados directamente de boca de oficiales y suboficiales -explicaba el autor-. Sirven, al menos, para describir un clima alucinante, casi surrealista, una guerra distinta, así como para proporcionar una versión de hechos que ya son historia”.

– Ejército, del escarnio al poder 1973-1976, de Rosendo Fraga, Planeta, 1988. Libro que ha sido considerado imprescindible para entender el proceso interno que atravesó el Ejército en este período, escrito por el historiador y analista político.

– Operación independencia, de Autores Varios, Editorial Famus (Familiares y amigos de muertos por la subversión, entidad hace tiempo desaparecida), 1988. Escrito tres años después que el libro de Simeoni, es una obra de estilo más clásico y formal, con mapas y algunas fotografías. Tras resumir el proceso de gestación de la guerra revolucionaria, relata en síntesis apretada pero minuciosa los combates librados entre 1975 y 1977. No está firmado, pero es sabido que su autor fue un veterano de la campaña. Al igual que en el libro de Simeoni, se incluyen abundantes testimonios directos de miembros del Ejército a quienes sólo se identifica con iniciales.

– Hombres y mujeres del PRT-ERP, de Luis Mattini, Contrapunto, 1990. Memorias de quien fuera sucesor de Santucho al frente del ERP, en las que cuenta los orígenes y desarrollo del partido y de su organización armada. Además de sus recuerdos, Mattini (Arnold Kramer) utilizó documentos oficiales, publicaciones del PRT-ERP y testimonios de otros exiliados. El libro tiene la pretensión de ensayar un análisis teórico sobre lo ocurrido, más que un relato práctico.

– Todo o nada. La historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho, de María Seoane, Planeta, 1991. Biografía de Mario Santucho construida a través de cartas personales, el relato de sus familiares, testimonios de militantes del PRT-ERP y de miembros jerárquicos del ejército, entre otros. Libro bien escrito, que no esquiva las críticas hacia Santucho ni deja de marcar sus errores, aunque se nota el afecto que tiene la autora por el personaje y por la lucha del ERP.

– Infierno en el monte tucumano, de Ricardo Burzaco, RE Editores, 1994. Se trata de una obra breve y didáctica del periodista, que se funda en las anteriores, y a las que completa con interpretaciones propias, más anexos documentales y abundantes fotografías, croquis y mapas.

– La guerrilla en Tucumán: una historia no contada, del Cnel (R) Eusebio González Breard, Círculo Militar, 1999. Publicado cinco años después que el de Burzaco, el libro sitúa el contexto y los antecedentes del combate en el monte como parte de un repaso general del período, cuando ya se consolidaba la visión histórica que condenaba en bloque lo actuado por las Fuerzas Armadas.

– Santucho, entre la inteligencia y las armas, de Eugenio Méndez, Ediciones de la Toma, 1999. Méndez, periodista de Crónica y El Informador Público, entre otros medios gráficos, recrea la historia del PRT-ERP así como el objetivo de los guerrilleros entrenados en La Habana de crear una “zona liberada” en Tucumán para derrocar al gobierno peronista de 1973, al tiempo que reconstruye la historia de la muerte de Santucho a partir del testimonio de un sobreviviente del enfrentamiento.

– La primera presidente. Isabel Perón. Una mujer en la tormenta, de María Sáenz Quesada, Planeta, 2003. La escritora ofrece una investigación histórica sobre la viuda de Perón y la época turbulenta en que le tocó gobernar. Aporta numerosos testimonios sobre diferentes momentos de su vida, incluida su experiencia en el poder.

– Nadie fue: crónica, documentos y testimonios de los últimos meses, los últimos días, las últimas horas de Isabel Perón en el poder, de Juan Bautista Tata Yofre, Edición del Autor, 2006. El periodista vuelve sobre la figura de Isabel Perón para contar su caída y los primeros tiempos posteriores. Yofre se basa en documentos de la SIDE durante varios gobiernos; en testimonios de personas allegadas a uno y otro bando; en archivos confidenciales y de su propio archivo de notas.

– El Vietnam argentino: la guerrilla marxista en Tucumán, de Nicolás Márquez, Edición del Autor, 2008. Esta obra del escritor, hoy tan asociado al gobierno libertario, en algún sentido prolongaba el modelo narrativo de Simeoni. También en su caso las fuentes principales son veteranos militares de la operación que aportan detalles vívidos -y políticamente incorrectos- de la experiencia antiguerrillera.

– Sangre en el monte, de Daniel Gutman, Sudamericana, 2010. Es un texto más convencional que reconstruye el episodio tucumano con una mirada mayormente crítica del accionar militar, típica del tiempo de su publicación.

– Desde el Monte. La compañía de monte vencerá, de Gonzalo Getselteris, Nuestra América, 2015. Esta obra condensa la versión apologética de la guerrilla. Mediante entrevistas a ex combatientes del ERP no sólo se recrea la formación de la compañía de monte Ramón Rosa Jiménez del ERP o se visita el momento histórico, sino que también se ensaya una reivindicación de los derrotados hace medio siglo.

– La voluntad Tomo 4, de Eduardo Anguita y Martín Caparros, Literatura Random House, 2021. La obra aporta una mirada sobre la intimidad de la guerrilla, sin críticas sobre su actuación.

– Los soldados miran al cielo: relatos de combates, de Rodolfo Richter, Edición del Autor, 2022. El teniente coronel (R), que participó del primer combate de la Operación Independencia en el Río Pueblo Viejo, donde fue herido y quedó paralítico, narra ese hecho en uno de los primeros relatos que componen esta obra. Los otros relatos surgen de una selección de combates que tuvieron lugar en el marco de la lucha contra la guerrilla y durante la guerra de Malvinas. Sus páginas recuperan el arrojo y la entrega de veteranos borrados del relato oficial.

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