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Estoy seguro que estás harto de oír hablar de la “Armada Invencible” y de cómo los ingleses derrotaron a los españoles. Y te han hecho entender que tras esa batalla España perdió el dominio de los mares que recayó en Inglaterra. Pues es totalmente falso. España GANÓ esa guerra.
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Fracasada la “Felicísima Armada” en 1588 (lo de Armada invencible se lo inventaron los enemigos de España), al ano siguiente la reina Isabel I de Inglaterra nos mandó la “Contra Armada”. Contaban que la moral española estaría por los suelos y que no podrían repeler el ataque por
la escasez de barcos. La “Counter Armada” estaba compuesta por 170 barcos y la dirigía el famoso corsario Francis Drake. La idea inicial era atacar Santander, donde se reparaba a los barcos de la “Felicísima”, luego atacar Lisboa para provocar una rebelión contra Felipe II
(que entonces era rey de Portugal), y acabar tomando una isla de las Azores para desde allí interrumpir la ruta de Indias, el transporte que traía el oro y la plata de América. Pero Drake cambió los planes y en vez de atacar Santander se dirigió a La Coruña. El primer error que
cometió fue no embarcar suficientes víveres. Drake pensaba que tomaría la ciudad sin demasiadas dificultades. No conocía bien a los gallegos. Unos 1500 milicianos junto a un buen número de civiles, entre los que estaba María Pita, les hicieron frente durante 2 semanas y acabaron
heridos. Drake ni siquiera llegó las Azores sino a Porto Santo, en Madeira. Tras su derrota tuvo marchar de vuelta a Inglaterra, recaló en Vigo para hacer aguada (sufriendo aún más bajas) y tras un temporal llegó a Plymouth con lo que quedaba de su flota a primeros de julio.
A su regreso a Inglaterra Drake perdió el favor de la corte. Los ingleses perdieron la guerra y por supuesto no dominaron los mares. De hecho, durante 1589, 1590, 1593 y 1596 la ruta del Comercio de Indias la efectuaron 987 buques mercantes españoles, con sólo un 13% de pérdidas
El historiador Garrett Mattingly lo resume así: “El ataque inglés a Portugal en 1589 terminó con el más rotundo de los fracasos. La guerra todavía continuó durante 14 años, es decir, de hecho continuó mientras vivió la reina Isabel, para terminar en algo así como una retirada”.
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