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Soldados ucranianos practican en un tanque durante un entrenamiento militar en Ucrania el miércoles 6 de diciembre de 2023.

Soldados ucranianos practican en un tanque durante un entrenamiento militar en Ucrania

el miércoles 6 de diciembre de 2023.

Hace pocos días, el Washington Post publicó un extenso artículo de dos partes sobre la fallida “contraofensiva” en Ucrania. Culpa por igual a la planificación estadounidense y británica por todo el desastre y su ejecución por parte de Ucrania.
Según pudimos extraer del escrito, los elementos clave que dieron forma a la contraofensiva y al resultado inicial incluyen los siguientes puntos:
* Militares ucranianos, estadounidenses y británicos realizaron ocho importantes ejercicios de juegos de guerra en mesa de arena para elaborar un plan de campaña. Pero Washington calculó mal hasta qué punto las fuerzas ucranianas podrían transformarse en una fuerza de combate al estilo occidental en un corto período, especialmente sin conferir el poder aéreo de Kiev como parte integral de los ejércitos modernos.
* En ocasiones, los funcionarios estadounidenses y ucranianos discrepaban marcadamente sobre estrategia, tácticas y tiempos. El Pentágono quería que el asalto comenzara a mediados de abril para impedir que Rusia siguiera reforzando sus líneas. Los ucranianos objetaron, insistiendo en que no estaban preparados sin armas y entrenamiento adicionales.
* Los militares estadounidenses confiaban en que un ataque frontal mecanizado contra las líneas rusas era factible con las tropas y armas que tenía Ucrania. Las simulaciones concluyeron que las fuerzas de Kiev, en el mejor de los casos, podrían llegar al mar de Azov y aislar a las tropas rusas en el sur en 60 a 90 días.
* Estados Unidos apoyó un asalto selectivo a lo largo de ese eje sur, pero el liderazgo ucraniano creía que sus fuerzas debían atacar en tres puntos distintos a lo largo del frente de 600 millas, al sur hacia Melitopol y Berdyansk en el Mar de Azov y al este hacia la ciudad sitiada de Bachmut.
* La comunidad de inteligencia occidental adoptó una visión más pesimista que el ejército ucraniano y evaluó que la ofensiva tenía sólo un 50 por ciento de posibilidades de éxito, dadas las sólidas defensas de múltiples capas que Rusia había construido durante el invierno y la primavera.
* Muchos en Ucrania y Occidente han subestimado la capacidad de Rusia para recuperarse de los desastres en el campo de batalla y explotar sus eternas fortalezas: mano de obra, minas terrestres y una voluntad de sacrificar vidas en una escala que pocos países pueden tolerar. (Recordemos nuestro primer artículo publicado en La Prensa el 26 de febrero de 2022, La fortaleza y la fuerza).
* A medida que se acercaba el lanzamiento previsto de la ofensiva, los militares ucranianos temían sufrir pérdidas catastróficas, mientras que los funcionarios estadounidenses creían que el número de víctimas sería en última instancia mayor sin un asalto decisivo.

HALLAZGOS CLAVE
Y en la segunda parte de la publicación del Washington Post, nos relata los hallazgos clave de los informes de campaña que incluyen: “El 70 por ciento de las tropas de una de las brigadas que encabezó la contraofensiva, equipadas con las últimas armas occidentales, entraron en combate sin experiencia. Los reveses de Ucrania en el campo de batalla han provocado desavenencias con Estados Unidos sobre la mejor manera de romper las profundas defensas de Rusia”.
Además nos informa que “el comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa no logró ponerse en contacto con el comandante en jefe de Ucrania durante semanas en la primera parte de la campaña, en medio de la tensión por las dudas de los estadounidenses sobre las decisiones en el campo de batalla. Cada lado culpó al otro por errores o errores de cálculo. Los militares estadounidenses concluyeron que Ucrania no había logrado implementar tácticas militares básicas, incluido el uso de reconocimiento terrestre para comprender la densidad de los campos minados. Los funcionarios ucranianos dijeron que los estadounidenses no parecen entender cómo los drones de ataque y otras tecnologías han transformado el campo de batalla. En general, Ucrania sólo ha recuperado unos 200 kilómetros cuadrados de territorio, a costa de miles de muertos y heridos y miles de millones en ayuda militar occidental sólo en 2023”.
Ahora podemos incluir algunas consideraciones personales, luego de más de 20 meses de seguimiento de este conflicto y compartiendo con los lectores de La Prensa: Tanto Ucrania como sus partidarios han subestimado sistemáticamente las capacidades rusas. (Y todavía lo siguen haciendo).
El reconocimiento por satélite mostró los preparativos de defensa rusos al nivel de la batalla de Kursk (recordar la Segunda Guerra Mundial). Allí, la Wehrmacht alemana, después de demasiados preparativos, no logró atravesar las líneas rusas. La lección no aprendida de 1943: -cuando se enfrena a líneas de defensa como estas, intente algo más- las simulaciones del campo de batalla y los juegos de guerra suelen contemplar un aporte ponderado del “factor moral” para cada bando. Establecer el factor de tu facción en 10 y el del enemigo en 0, como obviamente hicieron los Estados Unidos y el Reino Unido, te permitirá ganar siempre en el gabinete, en la mesa de arena, en el simulador digital… pero no tiene nada que ver con la realidad.
El apoyo aéreo no habría ayudado tampoco. Las defensas aéreas rusas son demasiado fuertes para contrarrestarlo.
La decisión de utilizar brigadas “verdes” mal entrenadas y sin experiencia en combate fue un grave error.
Que la mitad de las nuevas tropas, la parte más experimentada, luchara en la batalla ya perdida de Zelenskiy por Bakhmut fue un grave error político.
No podemos dejar de mencionar otra capacidad rusa, como es el haber absorbido las retorsiones económicas monetarias que le impuso Occidente y poder reconvertir su industria militar para sostener el esfuerzo de guerra.
Todos juntos se aseguraron de que la llamada “contraofensiva” nunca tuviera la oportunidad de despegar. Las disputas actuales son sólo un intento de echar la culpa del fracaso al otro lado de la mesa.

CIFRAS REALISTAS
El general ucraniano Zaluzny aprendió de la batalla. Ahora presenta cifras un tanto realistas para que los Estados Unidos comprenda lo pequeñas que son las posibilidades de ganar: “El comandante en jefe Zaluzhnyi pidió al jefe del Pentágono 17 millones de municiones”.
Según https://www.pravda.com.ua/eng/news/2023/12/4/7431543/, “el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, fue informado durante una visita a Kiev de que Ucrania necesitaba 17 millones de municiones y que se necesitarían entre 350.000 y 400.000 millones de dólares en activos y personal para liberar el país”.
También se mezclan los intereses políticos personales: el ejército ucraniano no dispone de los diez mil cañones necesarios para disparar 17 millones de proyectiles. Tampoco posee los hombres para alimentar esas armas imaginarias. Según podemos entender, Zaluzny piensa que la guerra está perdida y terminada. Y que es hora de que la política busque la paz. Además, según fuentes occidentales, Austin también dijo que Zaluzhnyi se había quejado en privado ante los generales estadounidenses de la interferencia de la Oficina del Presidente (…): “Austin nos dijo en privado que Zaluzhnyi siempre se quejaba ante sus generales de la Oficina del Presidente (Ucraniano), y cómo esto le obstaculizó su conducción. Evidentemente el presidente también tomó conocimiento de esas conversaciones. Y esto no favorece la confianza”. Sin embargo, la Oficina del Presidente se inclina a creer que destituir a Zaluzhnyi facilitaría su carrera política.
Para finalizar otra opinión seria y objetiva: “Este miserable purgatorio no da resultados”. Nos dice el analista austriaco M. Reisner hace pocos días: “Occidente suministra muy pocas armas a Ucrania, mientras que Rusia siempre logra adaptarse a las condiciones cambiantes en el campo de batalla”. Reisner exige a Europa una decisión dura. Ante la pregunta: ¿Ucrania está a punto de perder la guerra? Markus Reisner responde: “Ucrania perderá la guerra si Occidente no le proporciona el apoyo necesario. Esta es una guerra de desgaste y se decide principalmente en función de los recursos, no solo desde el apoyo moral”.

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