La Comisión General de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Española ha denunciado mediante un comunicado la situación en Gaza, a la que califica de «limpieza étnica». El texto recuerda las palabras de Dios a Caín tras haber matado a Abel: «La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo»

(InfoCatólica) La Comisión General de Justicia y Paz de la CEE ha emitido un contundente manifiesto en el que denuncia la dramática situación que atraviesa la población palestina en Gaza y reclama a la comunidad internacional medidas urgentes para frenar el conflicto y abrir caminos de reconciliación. El documento exige una «paz desarmada y desarmante» como única vía para alcanzar una convivencia justa y duradera.

«La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo» (Gn 4) es el versículo bíblico con el que comienza el texto, evocando la responsabilidad moral que pesa sobre todos los pueblos ante el sufrimiento de los inocentes. A lo largo del documento, se denuncia con claridad el asedio a la población gazatí, el hambre que padecen miles de civiles y la destrucción sistemática de hospitales, vecindarios e infraestructuras. Todo ello, advierten, constituye una violación flagrante del Derecho Internacional Humanitario y, en palabras del propio manifiesto, «actos de ocupación equivalentes a una limpieza étnica».

«No queremos que Atila recorra la franja de Gaza, no queremos ni bombas ni rehenes», indica el texto, al tiempo que se reclama justicia y paz para todas las personas que viven tanto en Palestina como en Israel. Frente al odio y la guerra, el manifiesto recuerda que «la guerra nunca debe ser inevitable» y que «las armas pueden y deben callar».

Entre las demandas concretas figuran: el cese inmediato de los ataques, la apertura de corredores humanitarios, la entrada sin restricciones de ayuda, la liberación de las personas secuestradas y la imposición de sanciones y embargos militares a quienes violen el derecho internacional. A su vez, se reclama el inicio de un proceso de reconstrucción que permita una vida digna en territorio palestino.

El llamamiento concluye con una oración a Nuestra Señora de la Paz, rogando por valentía y compromiso en la construcción de una paz fundada en la justicia. «Estamos llamados y convocados a ser artesanos de la paz», reza el texto, que subraya el papel activo que deben asumir los creyentes para sembrar esperanza allí donde hoy reina el odio.

La Comisión General de Justicia y Paz recuerda que «los pueblos quieren la paz» y reitera la disposición de la Santa Sede para facilitar encuentros entre las partes enfrentadas. Con el Papa León XIV, insisten:

«La paz no es el silencio sepulcral después del conflicto, sino un don que mira a las personas y reactiva su vida».

Argüello denuncia el crimen de Israel

El comunicado llega días después de un mensaje de Mons. Luis Argüello, presidente de la CEE, pidiendo no callar ante lo que está ocurriendo en Gaza:

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