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Todos los que militáis debajo de esta bandera,
No durmáis, ya no durmáis
pues no hay paz en la tierra.
Y como capitán fuerte quiso nuestro Dios morir,
comencémosle a seguir,
¡Oh, qué venturosa suerte se le sigue de esta guerra!
Ya no durmáis, ya no durmáis, pues Dios falta en la tierra.
¡No haya ningún cobarde¡ aventuremos la vida,
que no hay quien mejor la guarda,
que el que la da por perdida.
Pues Jesús es nuestra guía
y el premio de esta guerra;
ya no durmáis, ya no durmáis,
porque no hay paz en la tierra”
Santa Teresa de Ávila (1515-1582)
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