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Rusia ha forzado una guerra de trincheras en Ucrania, dicen varios autores entre ellos el Coronel Austriaco Markus Reisner. En estos momentos estamos como en un punto muerto.
La realidad indica que el 20 por ciento del territorio de Ucrania está actualmente en manos rusas. “Este número ha estado congelado durante varias semanas -casi hay que decir meses-“, dice Reisner.
En lugares como Bakhmut actualmente se puede ver una guerra de trincheras.
Se ha hablado, y mucho, sobre la próxima contraofensiva de primavera de las fuerzas ucranianas, pero como la lucha por Bakhmut no va tan bien para Kiev, también se ha hablado de la necesidad de un compromiso mayor de las fuerzas de la OTAN. A ello debe agregarse que, actualmente, se cree que las fuerzas ucranianas en el este empiezan a tener problemas graves para reemplazar sus bajas.
Aquellos que pasan a la ofensiva estratégica operacional en cualquier parte de las grandes estepas euroasiáticas están condenados, eventualmente, a pasar el invierno allí. Napoleón, Hitler y Stalin tuvieron que mantener sus ejércitos en movimiento frente al invierno estepario y, ahora, las fuerzas en oposición sobre el terreno, rusos y ucranianos, están atrincherando sus fuerzas durante el invierno a la espera de una nueva ofensiva rusa en la primavera. Sumado a ello, el clima no juega a favor de quien quiera pasar a la ofensiva: este fenómeno ya fue responsable de que las tropas de Napoleón sufrieran una penosa experiencia que retrasó su retirada de Rusia y las dejara expuestas al rigor del invierno.
El clima puede jugar un papel decisivo en las operaciones militares en Ucrania, con la prevista llegada de la “raspútitsa”, un fenómeno estacional que convierte la tierra firme en un barrizal poco favorable al avance de vehículos militares. Esta palabra rusa, que significa “tiempo de las malas rutas”, es una realidad bien conocida en Ucrania, en Rusia y en Bielorrusia, donde el aumento de temperaturas y el derretimiento de la nieve en la primavera y las fuertes lluvias en otoño se traducen dos veces al año en varias semanas de lodo.
Antes incluso del inicio de la raspútitsa, las imágenes de tanques y vehículos militares rusos embarrados en Ucrania ya circulan por redes sociales.
El presidente Volodymyr Zelensky está profundamente preocupado por la “fatiga de Ucrania” que se apodera de Occidente y, especialmente entre la población del mayor partidario, financiador y proveedor de armas de su gobierno: Estados Unidos.
“Estados Unidos realmente entiende que si dejan de ayudarnos, no ganaremos”, dijo en una nueva entrevista publicada el miércoles pasado. La disminución del apoyo ha sido especialmente notable entre los votantes republicanos, según encuestas recientes y, como revisamos recientemente en un artículo (ver https://www.cbsnews.com/news/ukraine-news-russia-war-latest-putin-nuclear-weapons-threat-zelenskyy-us-europe-support/) , “El efecto Trump, DeSantis, Tucker: las nuevas encuestas muestran que los republicanos están cada vez más cansados con Ucrania”.
La semana pasada vimos en varios medios que el presidente Volodymyr Zelensky expresó raras dudas sobre Bakhmut, como si estuviera preparando a su pueblo para la noticia de una derrota devastadora. Y ahora, recientemente, el Financial Times informa sobre el acontecimiento más importante que ha surgido del conflicto en mucho tiempo: la oficina de Zelensky dice que está lista para comprometerse con el futuro de la península de Crimea : “Ucrania está “lista” para hablar con Rusia sobre Crimea si la contraofensiva tiene éxito” (https://www.ft.com/content/d68b4007-4ddf-4320-b29a-f2eee2662d6e)
Esta es la declaración más explícita del interés de Ucrania en las negociaciones desde que suspendió las conversaciones de paz con el Kremlin en abril pasado. Sin embargo, explicó que “esto no significa que excluyamos el camino de la liberación [de Crimea] por nuestro ejército”. Pero dado que las fuerzas ucranianas están rodeadas casi por completo en la ciudad estratégica de Bakhmut en la región de Donetsk, a pesar de la afluencia de grandes cantidades de hombres y equipos, toda la noción de “liberación de Crimea” es, por lo menos por el momento, una quimera.
Los propios funcionarios occidentales, en muchos casos, han reconocido durante mucho tiempo la extrema improbabilidad de cualquier intento de Ucrania de apoderarse de Crimea. El informe del Financial Times insinúa esto: “Los comentarios de Sybiha pueden aliviar a los funcionarios occidentales que se muestran escépticos sobre la capacidad de Ucrania para recuperar la península y temen que cualquier intento de hacerlo militarmente pueda llevar al presidente Vladimir Putin a intensificar su guerra, posiblemente con armas nucleares. Hasta la fecha, Zelensky ha descartado conversaciones de paz hasta que las fuerzas rusas abandonen toda Ucrania, incluida Crimea”.
Pero sus expresiones recientes representan una especie de reversión pública de la anterior postura de línea dura de Zelensky de buscar la restitución de cada centímetro del territorio ucraniano. Por ejemplo, en octubre pasado, sintiéndose envalentonado después de que Estados Unidos y sus aliados occidentales prometieran miles de millones en ayuda para la defensa, declaró en un discurso nocturno: “Liberaremos a Crimea para siempre”.
Más recientemente, las perspectivas y los mensajes de Zelensky sobre el futuro se han insinuado, por decir lo menos, hacia una dirección menos férrea.
CONTRAOFENSIVA UCRANIANA
Volviendo a la tan comentada, promocionada y difundida contraofensiva Ucraniana, nos llama la atención la falta de secreto militar y el desprecio por el efecto Sorpresa que difunden las fuerzas que apoyan a Ucrania. No es lógico avisar que voy a atacar…
Occidente está suministrando armas específicas para una ofensiva, como vehículos especiales de recuperación o vehículos blindados para tender puentes. (Es necesario tener en cuenta que para pasar a la ofensiva se debe contar con una superioridad de 3/5 a 1, para tener posibilidad de éxito)
Ucrania podría intentar un avance en el sur del país desde Zaporizhia en dirección a Melitopol. Si las fuerzas armadas logran abrirse paso hasta la costa del Mar Negro, podrían dividir al ejército ruso.
Sin embargo, Rusia todavía tiene muchas más armas a su disposición que las fuerzas armadas ucranianas. Por lo tanto, el ejército ucraniano debería liberarse de la trampa de la guerra de desgaste. De acuerdo con lo observado hasta ahora, el ejército ucraniano siempre tuvo éxito cuando tenía mucha movilidad. Las fuerzas armadas rusas siempre tienen una ventaja cuando imponen una guerra de trincheras a los ucranianos. Entonces ella puede usar su artillería en masa. Por eso Ucrania debe volver ahora a la guerra de movimiento.
Días pasados llegaron desde Alemania, Polonia y Noruega los primeros tanques Leopard 2 y vehículos de combate de infantería Marder. Pero considerando la larga línea del frente, sus cantidades son aún muy pequeñas. Ucrania intentará reunirlos para lograr el efecto masa sobre 1 o 2 puntos del frente. Además de vehículos blindados, Ucrania necesita con urgencia proyectiles de artillería, aviones de combate y misiles de precisión.
No obstante, dos factores apuntan a pensar que ese intento será posible recién a mediano plazo.
Uno es la motivación, la determinación y el coraje del ejército ucraniano y de la nación ucraniana en su conjunto, que aún mantiene el esfuerzo. El otro es el hecho de que, Occidente finalmente ha entendido en parte la magnitud del desafío histórico al que se enfrenta.
Esto se ilustra mejor con una declaración reciente del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg: “El precio que pagamos es en dinero. Mientras que el precio que pagan los ucranianos es en sangre. Si los regímenes autoritarios ven que la fuerza es recompensada, todos pagaremos un precio mucho más alto. Y el mundo será más peligroso para todos”.
Pero el momento de una posible victoria ucraniana estará determinado por la velocidad a la que la OTAN pueda entregar un nuevo paquete revolucionario de armas militares de asalto (tanques, aviones, misiles de largo alcance).
Los medios occidentales vienen avisando que Melitopol se convertirá en el punto de batalla clave en los próximos meses (quizás semanas). Habiéndose apoderado de Melitopol, los ucranianos se trasladarán fácilmente al mar de Azov, cortando efectivamente el suministro y las líneas de comunicación con Crimea.
Reiteramos nuestro asombro sobre tan cantado resultado… ¿Será parte del engaño?
Pensamos además, que una ofensiva planificada dentro de una doctrina de Batalla Profunda no se basa en un solo punto de aplicación de la maniobra y la ofensiva, y por esta misma razón, es mucho más difícil para el enemigo defenderse de un oponente que ha creado múltiples teatros de operaciones. El engaño también es una cualidad importante de la Batalla Profunda. No solo se manifiesta en las maniobras estrictamente aeroterrestres o aeronavales. Los rusos lo llaman “Maskirovka”.
Hay muchas cosas que un ejército puede hacer para engañar a su enemigo antes y durante una ofensiva, pero “gluboky boi” es fundamentalmente engañoso debido a su énfasis en múltiples puntos de ataque. La falsedad es un arma reconocida y extremadamente útil en la guerra, y cada país la usa deliberadamente para engañar a su propio pueblo, atraer a los neutrales y engañar al enemigo. Los ucranianos y los rusos lo están usando.
DOS OPCIONES PARA OCCIDENTE
Sin embargo, en forma más realista vemos dos opciones para Occidente en la guerra de Ucrania, por supuesto opinables: Primero, Occidente debería realmente ir con todo y decir claramente que apoya a Ucrania, con todo lo que eso implica, inclusive con tropas. Si no puede y no quiere hacer esto, Occidente debe llegar de alguna manera a un acuerdo con Rusia “que al menos congele el conflicto”.
El desafío es el efecto sorpresa ¿Golpear ahora o esperar y luego tener suficiente fuerza? Una decisión difícil para el ejército ucraniano, que podría cambiar significativamente el curso de la guerra.
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