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Un gesto de grandeza

Hoy, en este 2 de abril de 2023, queremos testimoniar y homenajear a aquellos compatriotas que dieron su vida por la Patria en las jornadas de la Gesta de 1982. Fecha que confieso personalmente, nunca podré olvidar y que marcó un antes y un después en nuestras vidas. Aquella noticia que nos llegó de pronto por la radio, como algo increíble, parecía una broma, un sueño inimaginable. Pero después, esa noticia se confirmó: ¡Las Malvinas son nuestras, hemos recuperado las Malvinas! Algo con lo cual soñábamos desde niños en la escuela. Esa herida profunda, ofensa insondable en el alma argentina, en el corazón del pueblo y en la tierra de la Patria, había sido reparada, había sido sanada. Recuerdo cómo era ese sentimiento en aquel Colegio Militar de la Nación al que habíamos ingresado hacía pocos meses, con la ilusión de servir a la Patria. Y luego las jornadas que siguieron y que podemos recordar como las más intensas de nuestras vidas. En esos meses el corazón palpitó por la tensión, por la emoción, por la alegría y por el dolor también. Irremediablemente, jamás podremos olvidarlo, porque el talante demostrado en la Gesta del 2 de abril fue tal vez el único gesto de grandeza en el cual pudimos reencontrarnos entre los argentinos y con los grandes momentos de nuestra historia. Tal y como lo expresó el diplomático y ensayista Abel Posse (2022) “Habíamos reclamado durante siglo y medio. Por fin se produjo: el 2 de abril nos despertamos pisando el suelo volcánico de nuestras Malvinas después de un ciclo de dieciséis años de chicanas británicas desde que se recomendó por aplastante mayoría mundial la correspondiente descolonización. Fue una operación militarmente admirable. Se aprovechó en forma brillante el factor sorpresa en tiempos de descarado espionaje satelital y del otro. Los argentinos en pocas horas reconquistaron el bastión sin el costo sangriento presumible.”

No podemos olvidar que, en esta Argentina, lamentablemente acostumbrada al «no te metas», hace cuarenta y un años revivió el espíritu de nuestras luchas por la Independencia en un gesto heroico, heroísmo que fue compartido por todo un pueblo, por todos aquellos que se sentían argentinos. Y que ese gesto heroico, además, fue acompañado y admirado por todas aquellas naciones a las cuales nos unen lazos de sangre, de tradición y de idioma. Esa Patria Grande, América nuestra, como profesa Rubén Darío «que tiene sangre hispánica y que aún reza a Jesucristo y que aún habla el español». No podemos olvidarlo.

¡Hoy podemos decirlo sin dudar! Fue una hazaña de la juventud argentina, tan lejos de los materialismos actuales. Podemos decir que fue “Cruzada”, porque merecen este nombre los que pretendían llevar al pueblo argentino a restaurar su “Irredenta Perla Austral” donde se profesó públicamente y sin temor la fe de nuestros próceres a lo largo de nuestra orgullosa historia. Una vez más, hoy diremos sin dudar que: no fue un heroísmo inútil, fue un parapeto insalvable y fue al mismo tiempo altar de glorias imperecederas, ante el cual renovamos nuestra decisión de volver a ser una Nación grande y orgullosa. A cuarenta y un años de la Gesta de Malvinas, a los argentinos se nos impone una misión: aprender a pensar la defensa de la Patria y nuestro futuro de acuerdo con los más altos estándares del arte y la estrategia. Estándares que nosotros con orgullo podemos llamar “sanmartinianos”, los más altos que ha dado la historia.

En ese aspecto, el Instituto ELEVAN (Estudios y Legado en Valores Nacionales) ha redoblado la apuesta y ha desarrollado una oferta educativa, abierta a la comunidad única, federal y siempre apuntando a la excelencia académica y la integración de los conocimientos teóricos con el pensamiento de los temas nacionales, buscando aportar soluciones argentinas a los problemas argentinos. Adaptándonos a los tiempos que corren, nuestro esfuerzo educativo también se vehiculiza a través de las nuevas tecnologías de la información. Por otro lado, para aplicar las lecciones aprendidas trabajamos y desarrollamos un proyecto educativo integral de la Gesta de

Malvinas. Asimismo, para llevar a cabo este objetivo, el Instituto Elevan cuenta con un sólido cuerpo de docentes y profesionales pertenecientes a universidades, institutos y asociaciones vinculadas al conocimiento de la temática del conflicto del Atlántico Sur que enfrentó a la Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña en 1982. En este sentido, entendemos que es fundamental comprender y capacitar a nuestros alumnos sobre los argumentos que sustentan el reclamo argentino de soberanía, los arquetipos generados a partir del sacrificio de los héroes que lucharon y murieron en defensa de la Patria y la proyección a futuro de la problemática para la recuperación de las islas en disputa y como fuente de valores para el desarrollo y unidad nacional. Relevante a esto, hemos diseñado una Diplomatura Universitaria a los efectos de dar continuidad y extensión a la formación de posgrado en la temática. Por ello, el Instituto Estudios y Legado en Valores Nacionales (ELEVAN), propone a toda la comunidad nacional la Diplomatura Universitaria: “Malvinas, educación y valores”, la cual se realiza con el aval académico de la Universidad de la Marina Mercante y se encuentra dirigida a docentes, formadores, líderes y comunicadores de distintos sectores de la sociedad. Dicha oferta académica es dictada por docentes universitarios especialistas en relaciones internacionales, geopolítica, historia militar y estrategia. Contamos con los héroes vivos de la Gesta, los verdaderos protagonistas de la hazaña del Atlántico Sur, nuestros valientes veteranos de la guerra de Malvinas, civiles y militares, soldados, suboficiales y oficiales de todas las fuerzas.

Para enseñar a enseñar Malvinas, nos propusimos el trinomio “Malvinas, Educación y Valores”. En consecuencia, algunos de los ejes temáticos de nuestra diplomatura son: los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas y el Atlántico Sur, los reclamos argentinos entre 1833-2022, preludios del conflicto de 1982, la gesta del Atlántico Sur, la desmalvinización y la lucha de los veteranos, la evolución del conflicto, Malvinas: presente y futuro y cómo enseñar Malvinas, entre otros de suma relevancia.

Olvidar a nuestros héroes sería una traición, por eso hemos emprendido esta tarea formativa, para recordarlos delante de los argentinos de hoy, para ponerlos como ejemplo, sobre todo para nuestros jóvenes. No vamos a olvidar los nombres de los héroes, no dejaremos atrás su ejemplo, ni el sacrificio de sus vidas en favor de la Patria. No podemos olvidarlos. No tenemos el derecho de olvidarlos, ni como hombres y mujeres argentinos, ni como cristianos. Además, habría que pedir y exigir que aquí, en nuestra Patria, se levantaran monumentos (donde aún faltan), recordatorios visibles de aquellos hermanos nuestros de esta tierra, que en la Guerra por las Malvinas dieron su sangre por la Patria, un monumento donde tan honorables nombres estén escritos para que jamás sean olvidados, para que sigan irradiando su luz y siendo un ejemplo, para que esos nombres sigan siendo una exigencia. Así lo declaraba el padre Alberto Ezcurra: “Tenemos que mirar hacia esos nombres; no podemos olvidarlos porque olvidarlos es traición. Y no podemos olvidar a aquello por lo que esos hombres han combatido y por lo que han dado su vida. Pero hoy se quiere olvidar; hoy nos volvemos a decir que nos equivocamos cuando quisimos romper la distribución del mundo hecha por las potencias internacionales de Yalta. Y nos vienen a decir que no tenemos más remedio que agachar la cabeza y que someternos y que respeten el orden establecido por los poderosos”.

Como decíamos al principio, la de 1982 fue una hazaña de la juventud argentina, tan lejos de los materialismos actuales. Convencidos de que, los jóvenes de este siglo XXI, lo que necesitan no son veletas sino rumbos, sostenemos que la respuesta está a la vista ¡ahí los tienen son nuestros héroes de Malvinas, los vivos y los muertos! Los jóvenes como Silva, como Estévez, como Giachino, como Falconier, como Cao, como Cisnero y los 649 Centinelas Eternos de esa generación Malvinas, sin duda marcan el glorioso rumbo.

Queremos cerrar estas líneas recurriendo a la parte final del prólogo escrito por Sebastián Sánchez para el libro de Nicolás Kasanzew “La Malviniada”: “[…] resulta acertadísimo el título de este libro pues, siguiendo la tradición de la Ilíada, de la Eneida y también de la épica medieval española con los cantares de gesta, Nicolás narra los “hechos hazañosos” -que no otra cosa es una Gesta- llevada a cabo por tantos compatriotas en nuestras Islas. Como Homero y Virgilio […]”.

“¿Cuál es el sentido de cantar esta Gesta? Pues no otro que mover a las nuevas generaciones a la imitación de los arquetipos, para que La Argentina vuelva a sentirse orgullosa de sus héroes, y por lo tanto de sí misma, para que florezcan nuevos varones dispuestos al sacrificio, para que volvamos a vivir en una patria que sea señora de su destino. Tal como ha enseñado Ignacio Braulio Anzoátegui, las gestas son como libros de memorias de un pueblo que vive no para recordar, sino para que se lo recuerde, para hacer vida memorable; de un pueblo que muere, no para descender a la tierra, sino para ascender a la nube; de un pueblo que vive y que muere inmortalmente”. (Sánchez, Sebastián)

¡Los héroes de Malvinas nos marcan el rumbo! ¡La Argentina tiene héroes! Y ellos, nuestro estandarte de honor, nos interpelan hasta los huesos.

Cnl My (R) GABRIEL CAMILLI

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