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Hace unos días, el mundo estuvo expuesto a una pompa arcaica y extraña que no se había visto en más de 70 años con la coronación del rey Carlos III como jefe de la Mancomunidad Británica Global, jefe de la Iglesia Anglicana y portavoz de un programa llamado Gran Bretaña Global que fue puesto en línea como un mandato oficial del Partido Conservador en 2021.
Desde dirigir un imperio global de esclavitud económica y haber invadido casi todas las naciones de la Tierra en un momento u otro (Recomiendo leer https://www.mentalfloss.com/article/13019/there-are-only-22-countries-world-british-haven%E2%80%99t-invaded), solo hay 22 países en el mundo que los británicos no han invadido, Gran Bretaña continúa ejerciendo un amplio control sobre las concesiones mineras de África por valor de más de $ 1 billón de intereses mineros directos controlados por británicos y/o empresas con sede en la Commonwealth británica.
Según el informe de 2016 elaborado por War on Want (No es un invento: pueden verlo en https://waronwant.org/sites/default/files/TheNewColonialism.pdf) “101 empresas que cotizan en la Bolsa de Valores de Londres (LSE), la mayoría británicas, tienen operaciones mineras en 37 países del África subsahariana. Controlan colectivamente más de $ 1 billón de los recursos más valiosos de África. El gobierno del Reino Unido ha utilizado su poder e influencia para garantizar que las empresas mineras del Reino Unido tengan acceso a las materias primas de África. Así fue durante la época colonial y lo sigue siendo hoy”.
La “milla cuadrada” conocida como la City de Londres (una entidad legal separada de la propia Londres) es el centro neurálgico de las finanzas mundiales, con el Banco de Inglaterra y los paraísos fiscales extraterritoriales de la Commonwealth dirigiendo billones de dólares de lavado de dinero, financiamiento de dudosas ONG y otras prácticas poco claras a nivel mundial. La soberanía de la ciudad más allá de cualquier jurisdicción nacional fue consagrada en la ‘Carta Magna’ oligárquica de 1214 que estableció el centro financiero como una corporación supranacional capaz de administrar su propia fuerza policial y sistema judicial… que continúa manteniendo 800 años después.
Durante los 183 años entre 1763 y 1946 que vieron la mayor influencia directa de la supremacía unipolar británica en el mundo, las naciones empobrecidas del mundo se encontraron más empobrecidas, menos capaces de adquirir medios de producción industrial y en guerra consigo mismas y con sus vecinos a través de tácticas de divide y vencerás.
A medida que este imperio tomó la forma de la “relación especial” angloamericana después de 1945, esta tendencia solo se exacerbó.
En CARNE PROPIA
La Republica Argentina, desde su herencia hispánica sufrió estos efectos en carne propia. Ya desde la Invasión anglo-portuguesa al Río de la Plata que fue una opera ción enmarcada en la guerra de los Siete Años por la cual, en 1763, el Imperio portugués -gobernado por José I de Portugal y su ministro el Marqués de Pombal- y Gran Bretaña -en los primeros años del reinado de Jorge III del Reino Unido- pretendieron tomar control de la Gobernación del Río de la Plata, que pertenecía al inmenso Virreinato del Perú del Imperio español.
Como sabemos estas pretensiones continuaron en 1806-1807. Se prolongaron con el Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata -también conocido como la Guerra del Paraná- tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina y los de la República Oriental del Uruguay, con excepción del de Montevideo. Recordemos muy especialmente que el 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ilegalmente ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente, reemplazándolas por súbditos británicos que instauraron desde entonces medidas restrictivas para evitar el reasentamiento del pueblo argentino.
Este acto de fuerza británico contrario al derecho internacional y que fue llevado a cabo en tiempos de paz sin que mediara comunicación ni declaración previa alguna, que culminó con la ocupación ilegal de las Islas Malvinas, fue inmediatamente rechazado y protestado por las autoridades argentinas de aquel momento.
Desde entonces todos los gobiernos argentinos han reafirmado ininterrumpidamente sus legítimos e imprescriptibles derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. (https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/190-anos-de-la-ocupacion-ilegal-de-las-islas-malvinas).
A pesar de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas y de los esfuerzos diplomáticos y económicos argentinos durante 149 años, el Reino Unido no accedería a negociar sobre la soberanía. Por tanto, se previó una alternativa militar para el caso de que fracasaran las tratativas diplomáticas. Así se aprobó la idea de recuperar las Malvinas mediante una acción sorpresiva e incruenta para las fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la soberanía.
El Reino Unido y sus aliados no permitirían que nuestra decisión soberana interrumpiera sus planes de dominio y control del Atlántico Sur y su proyección sobre la Antártida.
“HOY TODO CONTINUA Y NOS PERJUDICA”
La Gran Bretaña Global y sus cohortes de países aliados han gastado décadas simplemente proporcionando préstamos con condiciones y tecnologías verdes “apropiadas” que evitarán para siempre que África u otras naciones pobres se mantengan por sí mismas.
La idea de Gran Bretaña Global siempre ha tenido en su centro el concepto de una Commonwealth británica integrada con los Cinco Ojos a la cabeza de la inteligencia, la City de Londres a la cabeza de las finanzas y estructuras de poder hereditarias centradas en la Corona como el fuente titular de todos los honores a través de los cuales todas las ramas del estado profundo internacional obtienen sus poderes.
Nacida en la década de 1930 como la nueva cara del Imperio Británico, la Commonwealth británica de hoy ocupa 12,2 millones de millas cuadradas de territorio, alberga a 2,400 millones de personas y representa el 21% de la superficie terrestre del mundo. Para aquellos que todavía creen en el mito de que el Imperio Británico desapareció después de la Segunda Guerra Mundial, vale la pena comparar y estudiar los mapas de la Commonwealth y el Imperio. (Entre esas tierras y mares están nuestras Islas Malvinas)
REY CARLOS: EL MAYOR TERRATENIENTE DEL MUNDO
La Corona británica parece ser el propietario más grande del mundo con propiedades que ascienden a 6.600 millones de acres en Australia, Nueva Zelanda, Irlanda del Norte, Canadá, Gran Bretaña y las Islas Malvinas (https://www.businessinsider.com/worlds-biggest-landowners-2011).
Además de Crown Lands y Crown Corporations, que son propiedad legal del monarca de Inglaterra, una organización llamada The Crown Estate es uno de los grupos inmobiliarios más grandes del mundo.
LA CHISMOGRAFIA LOCAL
En La Argentina fue mayor el revuelo mediático y la chismografía que daba una importancia exagerada al acontecimiento que el real sentir del pueblo.
No obstante varios comentarios del cholulaje criollo (que es mejor no mencionar) fueron de una obsecuencia inoportuna para con un país y un gobierno extranjero que nos agrede sistemáticamente y ocupa militarmente nuestro territorio austral.
A pesar de estos perjuicios objetivos que el Reino Unido causa a nuestro país, como dice Clarín, el 6 de mayo pasado: “En Buenos Aires, la Embajada Británica también celebró la coronación del rey Carlos III y la reina Camila. Fue un brindis muy animado, con espumante inglés Nyetimber, vinos argentinos, un menú exquisito donde no faltó el quiche, el favorito del nuevo monarca del Reino Unido, y dulces creativamente acabados con banderitas, fotos de los reyes y coronas diminutas”.
Sigue, “Llamó la atención la casi nula presencia de dirigentes políticos en la ocasión. Ni el gobierno ni la oposición estuvieron representados por sus espadas más relevantes. Quizá esa ausencia obedezca a que esta celebración, según varias fuentes consultadas, fue más acotada en cantidad de invitados”.
Parece que se olvida de los 649 muertos Argentinos que pagaron con su sangre las apetencias imperiales del Reino Unido.
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