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© Catholic Press Photo

Una de las ventajas de escribir en un blog, lo hemos dicho otras veces antes de que nos cerraran el anterior blog, es que se puede editorializar, cosa que un medio de comunicacion formal no permite, en teoria, ya saben Ustedes que todos lo hacen, solamente que nosotros sí lo admitimos. Eso es lo que hemos hecho en el titular de la presente entrada, aunque si se fijan con atención y resisten a la tentación de saltar a otra web antes de finalizar esta entrada, no es que nos falten motivos o estemos construyendo una afirmación de la nada. Ya saben Ustedes que en el vértice eclesial tiene una verdadera y auténtica fobia, les causa escozor, repulsa, aborrecen los presuntos mensajes marianos y/o revelaciones que 1) adviertan de castigos, 2) no sean en abono de Jorge Mario Bergoglio, y en general que pongan en evidencia las deficiencias de los pastores. Los mensajes de las apariciones aprobadas de Akita entran precisamente en esa catalogación, por ello nos vino a la cabeza cuando nos enteramos hoy de que el Vaticano se dispone a actualizar las normas sobre los criterios para discernir las apariciones marianas y revelaciones. Sobra decir que no solamente se trata en específico de Akita.

Hay otras circunstancias altamente preocupantes que están sucediendo respecto de las apariciones de Akita, con el lugar de su ocurrencia, con el trato a la vidente (sor Agnes Sasagawa), que no son del resorte de este blog pero son concurrentes con la finalidad a la que aludimos en el titular, sepultar las apariciones y el mensaje de Nuestra Señora. Esto último lo escribimos para que se sirvan Ustedes averiguar en las fuentes pertinentes.

Información de National Catholic Register, Abr-23-2024. Traducción de Secretum Meum Mihi.

Cardenal Fernández: Nuevo Documento Sobre Discernimiento de Apariciones ‘Siendo Finalizado’

La última vez que la oficina doctrinal del Vaticano emitió un documento general sobre las apariciones fue en 1978, durante los últimos meses del pontificado del Papa Paulo VI.

Edward Pentin | Vaticano | 23 de abril de 2024

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe está dando los últimos toques a un nuevo documento que establece reglas claras para discernir apariciones y otros eventos sobrenaturales similares.

El prefecto del dicasterio, el cardenal Víctor Fernández, dijo a National Catholic Register el 23 de Abril que él y su personal están “en el proceso de finalizar un nuevo texto con directrices y normas claras para el discernimiento de las apariciones y otros fenómenos”.

El cardenal, que se reunió con el Papa Francisco en audiencia privada el Lunes, no divulgó más detalles sobre el documento, ni exactamente cuándo será publicado.

La última vez que la oficina doctrinal del Vaticano emitió un documento general sobre las apariciones fue en 1978, durante los últimos meses del pontificado del Papa Paulo VI.

En “Normas Sobre el Modo de Proceder en el Discernimiento de Presuntas Apariciones y Revelaciones”, la entonces Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, encabezada por el cardenal croata Franjo Šeper, describió el proceso que sigue la Iglesia católica al investigar supuestas apariciones o revelaciones.

El documento afirma que es responsabilidad de la Iglesia juzgar primero los hechos, luego permitir la devoción pública si el examen es favorable y finalmente emitir un juicio sobre la autenticidad y el carácter sobrenatural del acontecimiento.

El documento delineaba los criterios positivos y negativos para juzgar la autenticidad de tales fenómenos, y cuándo y cómo deberían involucrarse las autoridades eclesiásticas competentes, incluida eventualmente la Santa Sede. Subrayaba que “extrema prudencia” debe usarse en la investigación de los hechos.

El documento más reciente del Vaticano sobre apariciones fue emitido en 2001 por la entonces Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En un “Directorio Sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones”, la congregación se basó en el Catecismo de la Iglesia Católica y sus referencias a la revelación privada.

Ese pasaje (No. 67) afirma que las revelaciones privadas “no pertenecen … al depósito de la fe”, y añade que no les corresponde “mejorar o completar la Revelación definitiva de Cristo, sino ayudar a vivirla más plenamente en ua cierto período de la historia”.

El Catecismo añade:

“Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.”

El Papa San Pío X también se refirió a las apariciones en su encíclica Pascendi Dominici Gregis de 1907, en la que afirmó que la Iglesia ejerce gran prudencia en esta materia, permitiendo que tales tradiciones sean “narradas” sólo con precaución y con el aviso de que la Iglesia no garantiza la verdad de los hechos narrados.

En una entrada sobre “Revelaciones privadas” escrita en 1913, la Enciclopedia Católica afirmaba que constantemente se producen revelaciones privadas entre los cristianos, y que cuando la Iglesia las aprueba, sólo declara que no hay nada contrario a la fe o a la moral, pero no impone obligación de creerlas.

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