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- 14 DE MARZO, 2024
- CIUDAD DEL VATICANO (AICA)
El Papa dio luz verde a la beatificación de 16 mártires del nacionalsocialismo y el estalinismo. Otros 3 religiosos, entre ellos un patriarca maronita, también serán beatos y otros 7, venerables.
El Papa Francisco autorizó al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, la promulgación de varios decretos, reconociendo el martirio de un sacerdote guillotinado en la Alemania nazi y de 15 monjas nacidas en Alemania asesinadas en la Unión Soviética, así como milagros atribuidos a tres venerables, que serán declarados beatos y mientras que otras siete personas serán reconocidas como venerables.
15 monjas martirizadas bajo el comunismo soviético
Las quince religiosas, de origen alemán, residieron en Polonia durante la invasión del Ejército Rojo: todas murieron entre enero y noviembre de 1945, asesinadas por odio a la fe por soldados soviéticos, violadas, torturadas o muertas por inanición, malos tratos o enfermedades en campos de concentración en Rusia. Como señal de feroz desprecio por la religión cristiana, sus verdugos a menudo cortaban y rasgaban sus hábitos religiosos.
Un sacerdote por la paz y el ecumenismo en la época de Hitler
El sacerdote alemán Max Josef Metzger fue víctima de otra dictadura, la nazi. Implicado en movimientos pacifistas y ecuménicos, en 1917 fundó la Liga de la Paz Universal de la Cruz Blanca y, diez años más tarde, participó como observador católico en la Asamblea de Lausana, que dio origen al Consejo Mundial de Iglesias. Con la llegada del nazismo, no tuvo miedo de hablar contra Hitler. Fue detenido por primera vez en 1939 y por segunda vez en 1943. Condenado a muerte, fue guillotinado el 17 de abril de 1944, en la prisión de Brandenburg-Görden. Era consciente de que su compromiso con la paz y el ecumenismo, así como su rechazo al régimen nazi en nombre de Cristo, podían costarle la vida.
Tres nuevos beatos
El Santo Padre también reconoció los milagros atribuidos a la intercesión de tres venerables, allanando el camino para su beatificación.
Entre los futuros beatos se encuentra un patriarca de Antioquía de los maronitas, Stéphane Douayhy, libanés que vivió en el siglo XVII (1630-1704). Realizó una intensa labor de asistencia a los pobres y a favor del diálogo ecuménico entre Oriente y Occidente.
El Papa también abrió el camino para la beatificación del venerable José Torres Padilla, sacerdote diocesano español, cofundador de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz (1811-1878), y del venerable Camillo Costa de Beauregard, francés, sacerdote diocesano (1841-1910), apodado el “padre de los huérfanos” por haber fundado el orfanato Le Bocage, en Chambéry.
Siete nuevos Venerables
- Geervaghese Thomas Panickaruveetil Mar Ivanios, arzobispo de Trivandrum, de la Iglesia católica siro-malankara, fundador en 1919 de las Congregaciones de la Orden de la Imitación de Cristo Bethany Ashram y de las Hermanas de la Imitación de Cristo Bethany Madhom, pionero del ecumenismo en la India y primer obispo de la Iglesia católica siro-malankara;
- Liberio Rodrigues Moreira, sacerdote brasileño que en la primera mitad del siglo pasado dedicó su vida a los enfermos y a los pobres y vivió con profundo espíritu cristiano las pruebas que la vida no le ahorró; incansable adorador de la Eucaristía;
- Antonio Tomicic, laico profeso croata, de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, que en los años del comunismo, aun cuando el hecho de portar signos religiosos en público provocaba el ridículo y la hostilidad, nunca se quitaba el hábito, sufría públicamente insultos y perseveraba, con firme confianza en el Señor, en su oficio de rogar por las necesidades de sus hermanos;
- Madalena Frescobaldi Capponi, fundadora de la Congregación de las Hermanas Pasionistas de San Pablo de la Cruz;
- María Alfinda Hawthorne, fundadora de las Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima, nacida a mediados del siglo XIX en el seno de una familia protestante en Massachusetts, se hizo católica en Europa junto a su marido, del que se separó a causa del alcoholismo de él, dedicándose luego al servicio de Cristo en los enfermos de cáncer;
- Angelina Pirini, dirigente laica de la Acción Católica de Celle di Sala di Cesenatico, en Emilia Romagna, fallecida en 1940;
- Elisabetta Jacobucci, monja profesa del Instituto de las Terciarias Franciscanas Alcantarinas, que vivió entre los siglos XIX y XX; siempre disponible para aceptar las tareas más humildes, supo combinar el aspecto ascético de la contemplación de la Pasión con una intenso apostolado caritativo en beneficio de los huérfanos y los ancianos.+
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