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[2 de Noviembre] Queridos, todos la actualización de la situación de los cristianos en Gaza el día de hoy la escribe el Padre Marcelo Gallardo, IVE desde Jerusalem, quien esta misionando en Tierra Santa hace 30 años.

Queridos todos,
Le escribe el padre Marcelo Gallardo IVE, misionero en Tierra Santa y les escribo desde Jerusalén. Me han pedido que envíe hoy la actualización de la situación de la comunidad cristiana de Gaza. Lamentablemente la situación sigue en vías de deteriorarse siempre más. Los cristianos siguen refugiados, en gran parte, en la parroquia latina, unas 700 personas, incluidos los niños y adultos discapacitados que cuidan las hermanas de la madre Teresa. Otro grupo numeroso de cristianos está en la iglesia ortodoxa.
Los bombardeos no cesan, algunos cercanos, los alimentos, el agua y elementos de primera necesidad escasean cada vez más. Al menos 40 familias cristianas tienen sus casas reducidas a escombros y muchas otras son inhabitables. Aunque mañana terminara la guerra no tendrían dónde ir.
Para mí fue siempre una gran alegría ir a Gaza a encontrar a la comunidad cristiana, ese pequeño rebaño que vive con alegría su fe en una situación muy difícil. Hoy miraba con tristeza algunas fotos de las visitas de bendición a las familias de los últimos años, acompañando al Patriarca para Navidad u otras ocasiones. Ninguna casa lujosa, algunas muy pobres, la mayoría en edificios de departamentos, en las que las familias exhiben con orgullo las imágenes cristianas de la fe que profesan. Muchas de esas casas, con sus recuerdos, con su historia, ya no existen.
Hoy hemos celebramos la conmemoración de los fieles difuntos, pude celebrar una misa en el Calvario y otra en el Patriarcado Latino junto con el Patriarca, algunos obispos auxiliares y varios sacerdotes con la presencia de muchos fieles de las instituciones católicas. Hemos rezado por los fieles difuntos, especialmente por los 17 cristianos que perdieron sus vidas en las instalaciones de la Iglesia ortodoxa. Rezamos también por todos los que han muerto violentamente en esta guerra, pues todo hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios.
Aquí en Jerusalén se encuentra el Calvario, donde Cristo murió por nuestros pecados y el Santo Sepulcro, donde resucitó para nuestra justificación. Como cristianos sabemos que la muerte no tiene la última palabra. Jesucristo ha vencido a la muerte y esta verdad nos ilumina y nos conforta para seguir tratando de hacer el bien, donde estemos.
Hace 30 años que llegué a Tierra Santa y he vivido situaciones difíciles, pero el odio y la violencia que se han desencadenado desde el último 7 de octubre es algo inaudito. Sigamos rezando, para que Dios ilumine a los que gobiernan las naciones, para que entiendan que la multiplicación de la violencia sólo puede traer más muerte y destrucción.
Que con la ayuda de la Virgen cada uno de nosotros pueda vivir la Bienaventuranza que nos enseñó Jesucristo:
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados, hijos de Dios.

Padre Marcelo Gallardo, IVE
Jerusalén

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