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Hay días en que tenemos la impresión de ser arrollados por una avalancha de información, hoy es sin duda uno de ellos. El Papa Francisco intentando, con gran esfuerzo físico, decir algo serio al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede y los embajadores pagados al teléfono,  siguiendo el pitorreo universal provocado por su amado tucho. Esto no es serio, los que aman a la iglesia no se identifican, ni en sus peores pesadillas,  con semejantes locuras y si el Papa Francisco sigue con estos amores se desacredita él solo.  No hablamos de la obra de un adolescente, el amigo tucho ya se acercaba a los cuarenta, se supone que un adulto, y su pluma descarriló en semejantes elucubraciones, muy normal no es, no conocemos muchos casos de sacerdotes dados a estas actividades. Lo escrito califica al autor y no precisamente bien.

La historia es larga y rica, pero no podemos recordar a un Prefecto de la Fe tan experto en materia de sexo, hasta el punto de explicar – desde un punto de vista presuntamente teológico – la calidad de los orgasmos entre hombres y mujeres y llegar a la conclusión de que «las mujeres son insaciables». Reducir esto a una lucha de conservadores y progresistas es una forma de querer anular el efecto de semejante desvarío. El libro existe, la autoría no la discute nadie, el contenido es el que es y está a disposición del que lo quiera leer, todo lo demás sobra. El malestar que esto está creando en el Vaticano es inevitable en un momento en que la tormenta provocada por la bendición de las parejas homosexuales aún no se ha calmado. De hecho, continúa creando divisiones y fracturas en la Iglesia. Eludimos hacer citas del contenido por respeto a nuestros lectores, da asco, mucho asco, y el que quiera lo tiene a disposición.

El amigo tucho empieza a saborear como se las gastan en el Vaticano. La ‘fiducia’ se hace pública sin pasar por la Secretaria de Estado, y sin los filtros normales de la propia congregación, la polvareda provocada queda en las manos exclusivas del amigo tucho y el Papa Francisco,  que, por ahora, permanece en su silencio absoluto ante el hundimiento de su pontificado. Ahora surge del oscuro pasado, la asquerosa obra del tucho y se encuentra solo ente el peligro y rodeado de silencios. Ni palabra del Sacro Colegio ante la situación de uno de sus miembros; los organismos oficiales del Vaticano en silencio ante el pitorreo planetario de un prefecto de postín. Los medios de comunicación ausentes, buscadamente ausentes. El Tucho no tiene otra que explicarse en nuestra InfoVaticana: «Es un libro de mi juventud que seguramente no escribiría ahora. Mucho después de este trabajo escribí otros libros mucho más serios. Lo eliminé poco después de su publicación y nunca permití que se reimprimiera. Quizás tuvo sentido en ese momento de diálogo con parejas jóvenes que querían comprender mejor el significado espiritual de sus relaciones, pero inmediatamente después pensé que se podía interpretar de manera equivocada».

Después de la «teología» del beso, llega la del orgasmo. Un libro sacado del olvido trae a la vista de todos muchas sombras de la personalidad del nuevo prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. El hecho de que haya querido hacerlo desaparecer indica que este libro tiene importancia y no poca. El libro de 1998 desapareció de la faz de la tierra y nunca más se supo de él.  El problema no es afirmar la positividad del placer sexual en el plan divino. La cuestión es otra: el morbo obsesivo con el que Fernández se detiene en los detalles de la vida erótica y, en concreto, del orgasmo suscita no pocas dudas sobre la dimensión problemática del autor, por decir lo menos. En tres años Tucho, comprometido desde hace algún tiempo con una vida célibe del sacerdocio, no pudo evitar escribir dos libros del mismo tenor, casi como si no pudiera evitar tratar estos temas y de manera pornográfica, al menos hace pensar. Y esperamos que haga pensar también a quienes lo pusieron al frente de uno de los dicasterios más importantes de la Curia romana.  La perspectiva de Tucho pertenece más a la tradición tántrica que a la cristiana. ¿El orgasmo es el octavo sacramento?

Seguimos con  la fiducia supplicans, los hay mal pensados y vista la escasa, nula, demanda,  más de uno se pregunta a quién beneficia. Si este fuera realmente el objetivo del documento del Vaticano, no sería tanto un ataque a la familia natural, como han informado muchos observadores, sino uno de los ataques más terribles jamás lanzados contra el sacerdocio. «La declaración está destinada al clero, a los religiosos y religiosas de tendencia homosexual, que encontrarían así la justificación, ante ellos mismos y ante el pueblo de Dios que les ha sido confiado, los feligreses, de sus sentimientos, sentimiento que habría recibido la aprobación de un hermano, en nombre de la misericordia y la hospitalidad. Incluso esos patéticos diez, quince segundos en los que ser sellado con la señal de la Cruz estarían bien. En este punto, el clérigo o la monja homosexual estaría bien, se sentiría bien psicológicamente, incluso canónicamente, y se sentiría como cualquier otra persona unida de alguna manera a su pareja. Si así fuera, sería una gratificación verdaderamente miserable y hasta efímera. Podría servir desde un punto de vista psicológico para sofocar cualquier sentimiento de culpa, para dar ilusiones de regularidad. Un sustituto, desde el punto de vista religioso, del gozo que el alma sacerdotal -y no sólo eso- debe buscar».

El cardenal Sarah se ha pronunciado, al fin, sobre la declaración Fiducia supplicans y lo ha hecho con uno de los escritos más contundentes publicados hasta la fecha. Habla abiertamente de un texto herético y aplaude la reacción de las conferencias episcopales de África que se han opuesto a la declaración. Sarah ha hecho público un «mensaje de Navidad» : «Una declaración reciente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, publicada con la aprobación del Papa Francisco, no logró corregir estos errores ni dar la verdad. Además, por su falta de claridad, no ha hecho más que amplificar la confusión que reina en los corazones y algunos incluso se han valido de ella para apoyar su intento de manipulación». «Debo agradecer a las Conferencias Episcopales que ya han hecho esta obra de verdad, en particular a las de Camerún, Chad, Nigeria, etc., cuyas decisiones y firme oposición a la Declaración “Fiducia supplicans” comparto y apoyo. Debemos alentar a otras Conferencias Episcopales nacionales o regionales y a cada obispo a hacer lo mismo. Al hacerlo, no nos oponemos al Papa Francisco, sino que nos oponemos firme y radicalmente a una herejía que socava gravemente a la Iglesia, Cuerpo de Cristo, porque es contraria a la fe y la Tradición católicas».

«La Iglesia de África es la voz de los pobres, los sencillos y los pequeños. Es responsable de proclamar la Palabra de Dios a los cristianos occidentales que, por ser ricos, dotados de múltiples habilidades en filosofía, ciencias teológicas, bíblicas y canónicas, se creen evolucionados, modernos y sabios en sabiduría del mundo. Pero «la necedad de Dios es más sabia que los hombres» (1 Cor 1,25). Por tanto, no sorprende que los obispos de África, en su pobreza, sean hoy heraldos de esta verdad divina frente al poder y la riqueza de ciertos episcopados de Occidente».

«Pero ¿nos atreveremos a escucharlos durante la próxima sesión del Sínodo sobre la sinodalidad? ¿O deberíamos creer que, a pesar de las promesas de escucha y respeto, sus advertencias serán ignoradas como vemos hoy? «Cuidado con los hombres» (Mt 10,22), dice el Señor Jesús, porque toda esta confusión, suscitada por la Declaración «Fiducia supplicans», podría reaparecer bajo otras formulaciones más sutiles y más ocultas en la segunda sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, en 2024, o en el texto de quienes ayudan al Santo Padre a redactar la Exhortación Apostólica postsinodal. ¿No tentó Satanás al Señor Jesús tres veces? Habrá que estar atentos a las manipulaciones y proyectos que algunos ya están preparando para esta próxima sesión del Sínodo».

En esta carrera hacia la sacralización de las Basílicas romanas, empezando por San Pedro, no queda fuera Santa María la Mayor y vemos como  se ofrece a celebrar fiestas en 2024. La lista de precios de las «visitas privadas» se ha enviado a guías turísticas y agencias de viajes.  Una oferta especial es la visita antes o después del horario de apertura de la Basílica para vivir el amanecer y el atardecer. Los grupos de hasta 30 personas pagan 1.000 euros, y los de hasta 120, 1.750 euros. La sacristía y la cripta están abiertas por 150 euros más. El desayuno cuesta 25 euros, la hora feliz y una bebida 25 euros y la cena 70 euros. Todo se sirve «en lugares únicos y especiales dentro de la basílica, como las terrazas interiores o la Sala del Papa».

Y terminamos con la presencia de Gaenswein en Bergamo que sigue en los medios. Cita una entrevista a Benedicto XVI de Seewald . “En el Vía Crucis antes mencionado en el Coliseo el Viernes Santo de 2005 usted habló de la suciedad presente en la Iglesia. ¿Ya se refería entonces a casos de abuso?. Esta es su respuesta:  “ También las hubo, pero pensé en muchas cosas. Un cardenal de la Congregación para la Doctrina de la Fe se entera de tantos detalles, porque allí llegan todos los escándalos, que hay que tener gran fortaleza de ánimo para soportarlos. Es bien sabido que hay inmundicia en la Iglesia, pero lo que el jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe tiene que digerir va mucho más allá y por eso simplemente quería rogar al Señor para que nos ayude».

Seewald : “Muchos piensan que Juan Pablo II no abordó el problema con la suficiente agresividad. Benedicto XVI : “Siempre depende de la información que se tenga. Cuando estuvo suficientemente informado y vio lo que estaba sucediendo, quedó absolutamente convencido de que había que abordar la situación.  La realidad es que sobre la base del derecho canónico vigente no era posible imponer grandes castigos. Dije que necesitábamos enmiendas. El Papa inmediatamente me dio vía libre. Hemos creado  nuevas normas y estructuras jurídicas. Sólo así se podría abordar el problema». El Papa Benedicto «ya como cardenal había visto que el gran problema de la Iglesia no son las persecuciones o ataques desde fuera sino la suciedad que se produce dentro. Esto le costó mucho. Nunca lo vimos llorar porque estaba muy controlado y dominaba sus emociones, pero sufría».»Me explicó que había luchado y sufrido, pero ya no tenía fuerzas físicas y mentales para llevar a cabo esa responsabilidad. Los lobbys gay, el IOR, la pedofilia, Vatileaks no tienen nada que ver con esto».

«¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen».

Buena lectura.

INFO VATICANA

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