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En memoria de Genta

Sr. director:

Este 27 de octubre se cumplen cuarenta y nueve años de la muerte de Jordán B. Genta. Recordar esta muerte es un deber de piedad, esa vieja y olvidada virtud que nos manda honrar a nuestros padres, a nuestros mayores y a la Patria.

Quienes tuvimos el privilegio de ser sus discípulos fuimos testigos de la grandeza de su vida dedicada por entero al servicio de la Verdad que no pasa y nos hace libres, y consumada en la muerte martirial.

Genta es un mártir porque fue un testigo que llevó su testimonio al extremo de la ofrenda de la propia vida.

En esta Argentina de estos días aciagos es bueno y oportuno proponer su egregia figura como modelo de cristiano y de patriota. Genta fue un filósofo; pero un filósofo que veló por la Ciudad, esto es, por la República, esa República que, al decir de Platón, vive y se sostiene ante todo en el alma del ciudadano virtuoso.

Su acción política, aunque tuvo opciones concretas y se puso de manifiesto en situaciones también concretas de nuestra historia, fue ante todo un velar por la Patria, un custodiar celosamente su esencia histórica poniéndola al abrigo del embate de las ideologías disolventes del ser nacional afirmando al mismo tiempo aquella su idea inmutable. A las ideologías internacionales opuso la idea de la Patria. “La Patria -afirmó- es siempre lo mismo para sus hijos bien nacidos. Así como no pueden tenerse sino los padres que se tienen, la Patria es única, exclusiva e intransferible; no la hemos elegido ni hemos nacido en ella impunemente”.

Quiera Dios que estas palabras encuentren hoy, en las nuevas generaciones, quienes estén dispuestos a oírlas y a proyectarlas en la tarea de cada día.

Mario Caponnetto – Miguel De Lorenzo

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