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Ante tantos testimonios del genio católico de HW, yo quiero dar el mío.
Desde “chiquitito”, mi Papá Sixto y mi Mamá Teresita, me instaron a leer los libros de Hugo Wast (“El Vechin”, como lo llamábamos sus nietos), a mí y a mis otros 11 hermanos, y haberlo conocido veranos enteros en Flor de Durazno, su sencillo y austero refugio de verano en las Sierras de Córdoba, con su boina vasca y “sus manos sarmientosas” que nunca olvidaré !, aferradas a un bastón de madera, siempre con saco y corbata, como mi Papá, otro genio y católico de verdad.
Me encantó leer sus libros una y otra vez, y ¡ eran siempre como la primera vez !.
Hoy “ya casi septuagenario”, y habiendo leído 70 veces 7 sus libros, quiero agradecer a Rafael Breide Obeid y sus colaboradores, la edición con Gladius, de sus Obras Completas en 3 tomos.
Cuando tengo que hacerle un regalo a alguien que aprecio mucho … “les regalo los 3 tomos de HW editados por Gladius”, con una emocionada dedicatoria.
¡ Gracias Rafael Breide Obeid por tu invarolable trabajo !.
Creo firmemente que “El Vechin” fue: “el Santo de la puerta de al lado”, como diría San Josemaría (con quien se carteaba seguido, cartas que mi primo Prudencio MZ-OdeR fielmente conserva en originales).
Un criollo sencillo, de estirpe novilísima, “¡ bueno !” con todo lo que éso significa, que no dudó ni por un instante, sacrificar su Gloria en éste mundo, que le correspondía por las Gracias que había recibido del Cielo … genio, inteligencia, coraje, prosapia y muchas más … por la causa de Cristo y su Iglesia, y por Argentina y la Hispanidad.
De la que, sin mérito de nuestra parte, hemos heredado ¡ a Dios gracias !.
Gustavo Martínez Zuviría fue un hombre que escribió muchísimo, pero no hay nada: “que no pudieran leer sus 12 hijos”, y yo agrego: “y su aproximadamente medio centenar de nietos”, y ni hablar de sus innumerables bisnietos que lo “idolatran” … en el buen sentido de la palabra.
Y siempre “voluntariamente sometido a la justa supervisión de nuestra Santa Madre, la Iglesia de Cristo”, el “nihil obstat” por él tan apreciado.
HW !, orgullo Argentino !.
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