Compartir

9 vistas

“A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, se le aplica a menudo la etiqueta de ‘fundamentalista’. Mientras el relativismo, es decir, dejarse llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud adecuada para los tiempos modernos. Se está constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo el propio ‘yo’ y sus antojos. No es ‘adulta’ una fe que sigue las olas de la moda y la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente arraigada en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da el criterio para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño y la verdad. Debemos madurar esta fe adulta”. “A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, se le aplica a menudo la etiqueta de ‘fundamentalista’. Mientras el relativismo, es decir, dejarse llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud adecuada para los tiempos modernos. Se está constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo el propio ‘yo’ y sus antojos. No es ‘adulta’ una fe que sigue las olas de la moda y la última novedad; adulta y madura es una fe profundamente arraigada en la amistad con Cristo. Esta amistad nos abre a todo lo que es bueno y nos da el criterio para discernir entre lo verdadero y lo falso, entre el engaño y la verdad. Debemos madurar esta fe adulta”. (Homilía, 18 de Abril de 2005) NO TE OLVIDAMOS ♥️♥️♥️

MANTENTE AL DÍA

Suscríbete a nuestro boletín de noticias gratuito.

¿Aún no tienes una cuenta? Comience con una prueba gratuita de 12 días