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| 25 enero, 2024
Si hace unos días el cardenal Zen abogaba por la destitución de Víctor Manuel Fernández como prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, la internacional Academia Juan Pablo II para la Vida humana y Familia pide formalmente al Papa Francisco que destituya de su cargo al purpurado argentino.
En un comunicado hecho público en su página web, Thomas Ward, presidente de la Academia muestra su «asombro» por el hecho de que el cardenal Víctor Manuel Fernández haya aceptado el cargo de Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe «a pesar de haber escrito en décadas pasadas libros escandalosos de un carácter erótico que roza la pornografía y que contiene pasajes que chocan con la enseñanza tradicional de la Iglesia, en particular sus obras “Sáname con tu boca – El arte de besar” y “La Pasión mística – espiritualidad y sensualidad”».
«Lejos de retractarse de los pasajes vergonzosos que contienen estas obras, el cardenal Fernández se ha limitado a afirmar que no las habría publicado hoy y que ha prohibido su reimpresión«, escribe Ward, tal y como reconoció el purpurado a InfoVaticana.
La Academia Juan Pablo II denuncia que «la literatura sensual-mística a la que el cardenal tiene una particular propensión es uno de los peores males de nuestro tiempo en la medida en que, bajo el pretexto de la espiritualidad, en realidad no hace más que justificar los peores excesos de la revolución sexual que se está produciendo. corrompiendo profundamente nuestra sociedad y llevando a nuestra juventud al abismo».
El presidente de la Academia sostiene que «durante el pontificado de Pío XI, la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio publicó una Instrucción titulada De sensuali et de sensuali-mystico litterarum genere condenando explícitamente la literatura místico-sensual, en particular las obras de aquellos autores que “no temen embellecer el pasto de una sensualidad enfermiza con cosas sagradas, mezclando amores inmodestos con una cierta piedad hacia Dios y un misticismo religioso enteramente falso”».
Además, argumenta que dicha Instrucción de Pío XI «afirma explícitamente que ninguna intención del autor puede impedir “que los lectores cuya fragilidad es generalmente grande, como también lo es su propensión a la lujuria como resultado de la corrupción de su naturaleza, sean gradualmente atrapados en las redes por el cebo de estas páginas impuras”».
«Es deplorable que casi un siglo después de esta Instrucción, los laicos católicos tengan que recordar al Prefecto la amonestación de su propio predecesor«, lamenta Thomas Ward.
Para el presidente de la Academia Juan Pablo II para la Vida y Familia, «estos escandalosos episodios demuestran que el cardenal Víctor Manuel Fernández no tiene las cualidades mínimas necesarias para cumplir el papel de defensor de la fe. Por este motivo, esta Academia pide formalmente al Santo Padre que lo destituya y nombre en su lugar a un teólogo competente y fiel a las enseñanzas morales de la Iglesia».
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