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La Confusión creada por «Fiducia Supplicans» es Intencional
Fray Thomas Weinandy, OFMCap

 

Entrevista al Padre Thomas Weinandy, por la periodista Martina Pastorelli, del diario italiano La Verità, con fecha 25 de enero de 2024.

 

[FVN] Ofrecemos a los lectores de nuestro Blog la entrevista al Padre Thomas Weinandy OFMCap, a cargo de Martina Pastorelli, publicada originalmente en italiano en el cotidiano La Verità (25 de enero de 2024, p. 12) con el título “Fiducia supplicans es diabólica, la confusión creada es intencional”.
 
El texto, traducido al español por un equipo de nuestra agrupación «Fraternidad de Vida Nueva» [Mar del Plata – Argentina], es muy significativo en sus contenidos y vale la pena meditar en ello.
 
Las “negritas” son nuestras.
*   *   *
El Padre Thomas Weinandy, fraile capuchino, es un teólogo de fama internacional. En el año 2013 recibió la Medalla Pro Ecclesia et Pontifice, una de las más altas condecoraciones de la Iglesia. Miembro, por nombramiento del Papa Francisco, de la Comisión Teológica Internacional, ha enseñado en varios ateneos americanos, en Oxford y en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Ha sido Director Ejecutivo de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal de los Estado Unidos y después consultor hasta la publicación, en 2017, de una carta abierta al Papa Francisco en la que sostenía que su Pontificado está signado por “una confusión crónica”; ese mismo día tuvo que renunciar [Nota de Fraternidad de Vida Nuevaver video a continuación, donde el P. Santiago Martín se refiere al P. Weinandy en el año 2017].
Teólogo Cesado por Señalar la Confusión en la Iglesia
P. Santiago Martín
En esta entrevista afronta los motivos y las consecuencias de las divisiones -incluso entre los episcopados- que hoy atraviesan la Iglesia, con disputas sobre doctrina, moral y liturgia.
     – ¿Estamos ante una dialéctica fisiológica o hay algo inédito detrás de estas controversias?
     P. Thomas Weinandy: “Hay una novedad: en el pasado hemos tenido Papas libertinos, codiciosos, simoníacos, nepotistas; hoy tenemos un pontífice que no comete estos pecados pero que ataca la doctrina con su ambigüedad. Sus predecesores pueden haber sido fornicarios, pero nunca sostuvieron que la fornicación era algo bueno; ahora, sin embargo, el Papa parece atacar la misma enseñanza moral de la Iglesia, especialmente en materia de sexualidad”.
     – San Francisco había sido invitado por Dios a reparar Su Iglesia, que se estaba derrumbando. Como franciscano, ¿cómo cree que el santo de Asís actuaría hoy en un Occidente en crisis de fe?
     P. Thomas Weinandy: “Es difícil decir qué haría San Francisco: como auténtico católico, que cuando quiso fundar su propia orden acudió al Papa para obtener la aprobación, pienso que hoy se quedaría desconcertado al ver que tenemos un pontífice y miembros del Vaticano que minan la enseñanza de Iglesia. San Francisco siempre quiso -hasta el punto de ponerlo en la Regla- que todos los frailes fueran verdaderamente fieles a la Iglesia, y yo, precisamente porque me considero un franciscano fiel, tanto en las cartas al Papa Francisco como en otras publicaciones, he tratado de abordar las diversas cuestiones, evidenciando lo que era bueno y lo que era malo”.
     – La universalidad de la Iglesia se manifiesta en que todas las Iglesias particulares están ligadas entre sí, a través del colegio episcopal, en comunión con el Papa. ¿Este signo de unidad católica se pone a prueba por las escisiones que han surgido en torno a Fiducia Supplicans, con las «periferias» que corrigen a Roma?
     P. Thomas Weinandy: “El Señor confió a San Pedro la custodia del depósito de la fe y de la unidad, pero ahora el Papa, en lugar de custodiar la fe, parece querer cambiarla, y en lugar de fortalecer la unidad en la Iglesia trae división. Francisco nunca acepta estas críticas, sino que culpa a los demás, pero no es la ideología de los otros la que ha creado los problemas, sino la suya. Quienes tienen una recta fe, incluidos obispos, sacerdotes y teólogos, reconocen que lo que promueve Fiducia Supplicans no está en línea con las enseñanzas de la Iglesia y luchan para defender lo que el Vaticano está tratando de minar. Debemos recordar que el Cardenal John Henry Newman (declarado Santo en 2019, ndr) en su Ensayo sobre el Desarrollo de la Doctrina Cristiana subraya que corresponde al Papa y a los obispos en unión con él decir qué es verdadero desarrollo y qué es falso desarrollo, e imaginan una situación hipotética en la que quienes deberían afirmar el verdadero desarrollo de la doctrina exponen en cambio posiciones que representan la corrupción. Yo añado que, incluso si el Papa o un obispo dicen algo que parece una enseñanza magisterial pero no está en línea con el magisterio precedente, entonces lo que él dice no debe ser considerado enseñanza magisterial”.
     – Algunos intérpretes del pensamiento del Papa Francisco sostienen que él se refiere a la «oposición polar» de Romano Guardini.
     P. Thomas Weinandy: “Es una noción muy hegeliana la de las dos posiciones polares que se unen en una nueva síntesis más alta; pero no es así como funciona el desarrollo de la doctrina, que tiene un impulso interno a través del cual se llega a una mejor comprensión de la fe, pero que nunca reniega lo que se conocía antes: la Iglesia, a lo largo de los siglos, ha sostenido que los actos homosexuales son un mal intrínseco y por lo tanto nunca pueden ser permitidos ni perdonados mientras que con la lectura hegeliana de Francisco terminamos diciendo que estos actos inmorales en ciertos casos pueden ser permitidos e incluso ser considerados virtuosos. Esto es un modo absolutamente falso de concebir el desarrollo de la doctrina. Nótese también que todo lo que sale del Vaticano, provenga del Papa o del Prefecto Fernández, siempre está lleno de ambigüedad. Creo que esta ambigüedad es el Espíritu Santo que «contiene» al Papa de hacer lo que le gustaría hacer; con esta actitud sin embargo el Papa hace que sean los otros los que lo hagan. Es un juego muy peligroso el de eludir o evadir al Espíritu Santo: es claramente perdedor, pero mientras tanto crea caos en la Iglesia”.
     – ¿Podemos decir que Fiducia Supplicans, incluso antes de crear problemas a la fe, es un escrito que crea una crisis a la misma razón por sus incoherencias?
     P. Thomas Weinandy: “Los documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe siempre han arrojado claridad. Ahora bien, con esta ambigüedad engañosa y manipuladora, se crea un conflicto con la inteligencia de la fe que poseen las personas, porque se siembra confusión. Es intencional, sirve para promover lo que se desea, pero no se manifiesta abiertamente. Y es diabólico. El Espíritu Santo es espíritu de verdad, el demonio es espíritu de desorden: lo que se promueve hoy”.
     – ¿Se puede justificar teológicamente la bendición de las parejas homosexuales?
     P. Thomas Weinandy: “El problema es qué bendices cuando bendices una pareja homosexual. Que el gesto sea en público o en privado, lo que las personas captan es que se bendice la relación. Y tratándose de una relación inmoral, se da la impresión de aprobar la relación misma con todo lo que ella implica allí donde no se puede bendecir un pecado sin crear escándalo. Tendremos obispos que bendecirán a las parejas homosexuales y otros que se negarán, porque ya no hay claridad sobre la enseñanza de la Iglesia”.
     – Aparte de los episcopados de África, ¿nota algún temor por parte de los obispos a expresarse al respecto?
     P. Thomas Weinandy: “Aquí en Estados Unidos hay obispos que no están contentos con Fiducia Supplicans, pero tienen miedo de tomar posición. La Conferencia Episcopal está dividida: la mayor parte de los obispos estadounidenses tienen una fe católica sólida, pero no todos son así, especialmente los nombrados por Francisco. Por esto es difícil que salga un documento conjunto fuertemente contrario. Creo que el Papa Francisco no ama a Estados Unidos precisamente porque todavía tenemos muchos valientes católicos y por eso somos nosotros los que, a diferencia de los europeos, todavía pueden oponerse”.
     – ¿Hay obispos que temen ser removidos?
     P. Thomas Weinandy: “La Sinodalidad es una farsa, visto que Francisco es más tiránico que cualquier otro Papa que se recuerde. Para Fiducia Supplicans no se consultó a ningún obispo o teólogo, como se hace habitualmente con un documento de la Congregación y esta es una conducción dictatorial del pontificado. Y lo mismo ocurre con la tan invocada parresía: Francisco quiere que se diga la verdad para poder individualizar a sus enemigos y luego ejecutar su venganza cuando no le guste lo que escucha”.
     – La propuesta teológica de un infierno vacío -sobre la cual el Papa volvió recientemente en la televisión- ¿es una teoría plausible en la reflexión católica sobre el Apocalipsis? ¿Y qué consecuencias produce en la vida concreta?
     P. Thomas Weinandy: “Jesús pensaba que el infierno existe y que allí van las personas: pensemos cuando habla de los dos caminos, uno ancho y otro estrecho, y en el hecho de que la mayoría de los hombres eligen el primero, que lleva a la condenación. O cuando dice que hubiera sido mejor que Judas nunca hubiese nacido, frase de la que deducimos que su condición no es ciertamente la de la beatitud. San Pablo, por ejemplo, hablando de los adúlteros y de los avaros, dice que no entrarán en el Reino de Dios. De las Escrituras y de las propias palabras de Jesús emerge claramente que la condenación eterna es una posibilidad, y además muy concreta. La Virgen de Fátima mostró el infierno a los pastores, ¡y con condenados dentro! Es gravísimo que Francisco induzca a pensar lo contrario porque el impacto pastoral es que las personas crean que, como nadie va al infierno, entonces no hace diferencia cómo se comporten. También socava la importancia de la vida terrenal al hacer insignificante cada virtud. Puedo dedicarme al tráfico de niños o realizar abortos sin que haya consecuencias; ¿Por qué debería morir por mi fe, visto que de todos modos no me convierto en mártir y que, incluso si la traiciono, igualmente termino en el paraíso? Claro que existe el arrepentimiento, que permite que hasta el peor pecador vaya al cielo, pero si el infierno no existe, se pierde el sentido de la vida y el valor de la dignidad humana porque ninguna violación de esta dignidad merece la condenación. Y esto es simplemente terrible”.
[Traducción de «Fraternidad de Vida Nueva»]

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