Del libro ‘El Rosal de Nuestra Señora’ del Padre Leonardo Castellani.

“La cruz era un suplicio atroz : ya el traspasar con clavos la estructura huesosa de las manos y los pies es algo diabólico , pero poner después el cuerpo suspendido y tirando por su peso desas cuatro heridas es algo indecible. La cruz era un suplicio satánico.
Satanás existe. La crueldad llevada a esos extremos no está en la condición natural del hombre. Hay en la historia del hombre muchas cosas que no son humanas ( y que por cierto parece andan resucitando en nuestros días), que parecen indicar una inteligencia fría como el hielo y terriblemente enemiga de la natura humana. Esos suplicios atroces , la cruz , el empalamiento , el reventar los ojos o cortar las manos , habían sido inventados en el Oriente , en medio del culto de los ídolos, que era el culto de los demonios ; no digamos nada de los sacrificios al dios fenicio Baal-Molock , en que se arrojaban niños vivos en un boquerón de bronce candente (*); con razón el pueblo de Israel tenía horror a los pueblos convecinos. Los romanos al comienzo fueron un pueblo sobrio , sensato y sano, y eso los llevó a la grandeza ; Pero ya en tiempo de Cristo habían comenzado los sangrientos juegos del anfiteatro y habían tomado de los persas el suplicio de la cruz , prohibiendo empero se aplicara a ningun ciudadano romano. Mas tarde cayeron más bajo, en las 10 persecuciones a los cristianos , que duraron tres siglos y fueron realmente satánicas. Después se quebró y pereció el imperio de Julio César.
“Eso no es humano” decimos nosotros , y decimos más de lo que sabemos.
No es bestial tampoco : es superhumano y superbestial.
“Soy gusano y no hombre ”
“Los que pasaban se burlaban de mí , y me hacían visajes : ha creído en Dios y Dios lo abandona , si Dios lo ama que lo salve “.
“Traspasaron mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos .
Los profetas se habían quejado ya por Cristo , pero Cristo debía hablar también, y habló como quien era.
Colgado atrozmente de cuatro heridas ,
febriciente y agotado , el extraordinario moribundo dijo
siete palabras divinas que fueron su testamento.
Las tres primeras fueron para los demás , para dar todo lo que le quedaba ; las otras fueron acerca de sí mismo, para acabar su misión en la tierra , lo cual también era dar.
Perdonó a todos sus verdugos , al buen ladrón en la cruz , y entregó a su misma Madre al discípulo Amado , y en él a todos nosotros : dio la redención al mundo , el Paraíso inmediato a un pecador , su Madre Santísima a toda la humanidad , y después tuvo sed.
” Padre, perdónalos, no saben lo que hacen ”
“Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso”
“Mujer, he ahí a tu hijo. Esa es tu Madre “.
Después dijo “tengo sed “, la fiebre lo consumía. Le dieron con una esponja en una caña vinagre mezclado con mirra, sustancia amarga, que antes de la Crucifixión Jesús no quiso tomar porque embotaba los sentidos a los reos , y aquí no hizo más que probar para que se cumpliera lo dicho por el profeta David : “me dieron hiel de comer , y en mi sed me abrevaron con vinagre”.
El sol se había oscurecido en medio del día , probablemente después de la tercera palabra, y las tinieblas cubrieron la tierra durante tres horas imagen de la
desolación del alma de Cristo y
la de su Madre.
No podía haber eclipse en ese dia y hora pues era luna llena, el 15 de Nisan, y la luna estaba por tanto frente al sol y no interpuesta entre el sol y la tierra , de modo que según la leyenda cristiana, un sabio Senador de Atenas, que fue más tarde San Dionisio Aeropagita , exclamó al ver ese eclipse imposible : ” o un Dios padece , o la máquina del mundo perece”.
En medio de la oscuridad Cristo exclamó de nuevo : “Todo se ha cumplido” o “Está hecho” con una sola palabra griega “Teleestathai”, después dijo en arameo , la lengua común : “Eli , eli, lachma sabachtani” de las cuales se burló un burlón de los que allí estaban burlándose villanamente sin cesar de los dolores ajenos : “A Elías llama éste , vamos a ver si viene Elías a salvarlo “; mas él y todos los demás entendieron perfectamente : “Mi Dios , mi Dios , por qué me abandonaste ?” que es el comienzo del salmo 21 , y es como un resumen lírico de toda la vida y la pasión de Cristo.
Esta palabra expresa la tremenda desolación del alma de Cristo , comparable al mismo infierno ; pero no es una palabra de desesperación y derrota , como dicen algunos impíos actuales ; al contrario , el salmo 21 de David , que es una sorprendente profecía de la Pasión de Cristo , termina con un grito de consuelo y esperanza. Cristo probablemente recitó en voz baja todo el salmo , diciendo en voz alta solamente el primer hemistiquio,el cual conecta esta sexta palabra con la anterior : “Hecho está”; donde dijo que su mision redentora estaba hecha y todas las profecías perfectamente cumplidas.
” Mi Dios , mi Dios , por qué me abandonaste ?”
” Lejos de Ti mi grito y mi plegaria…
El salmo en sus dos terceras partes describe la situación deste crucificado,
asombrosamente identificado : por las bromas blasfemas de los judíos ( “confió en Dios, que Dios lo libre” ), la sed que le quema las fauces ( “seca está como teja mi garganta”), sus vestidos repartidos por los soldados (“echaron a las suertes mis vestidos”) y sobre todo la frase inconfundible:
“Traspasaron mis manos y mis pies”; mezclado todo esto con frases de casi frenética esperanza; una mezcla de horror y de consuelo.
“pero yo soy gusano no soy hombre…
burla del pueblo escarnio de la plebe
estoy entre animales, toros bravos en torno ; y el león de fieras fauces.
Libra Señor mi vida de la espada,
mi túnica de la garra de los perros…”
En medio destas quejas suena al mismo tiempo como un contrapunto la esperanza, como un violín de doble cordaje :
” En Ti esperaron nuestros padres
Esperaron y los libraste
Llamaron y quedaron salvos
No quedaron avergonzados.
En tus manos desque nací
Desde el Seno Materno estoy en Ti
Anunciaré tu nombre a mis hermanos
En las reuniones te engrandeceré
Te he de alabar en la nutrida Iglesia
Ante los tuyos mis votos daré…
En el último tercio de esta patética oración se anuncian los frutos : la creación de la Iglesia, la conversión de las Gentes y el “pueblo nuevo ” que ha de nacer , y termina el poema de David diciendo :
Estas cosas es Dios quien las ha hecho “.
Al terminar de repasar este resumen de su vida, con voz alta y muy fuerte exclamó Cristo :
“Padre , en tus manos encomiendo mi espíritu” , y reclinando la cabeza entregó el espíritu. No es un desesperado este hombre : el
centurión romano, que lo vio todo, exclamó: “Realmente este hombre era Hijo de Dios”.
Se acabó la redención del hombre. La luz volvió. Y el sol iluminó al lado de la Cruz a una mujer de pie , la Madre de Dios , a otra mujer postrada a sus pies, María Magdalena , símbolo de la humanidad pecadora, y a pocos pasos el apóstol san Juan, símbolo de la humanidad inocente.
A cierta distancia de allí , aterradas y llorando , estaban las Santas Mujeres y José de Arimatea.

Dice Gerardo Diego en unos versos citados por el Padre Castellani:

He aquí helados, cristalinos,/ en el maternal regazo,/muertos ya para el abrazo,/ aquellos miembros divinos./ Fríos cierzos asesinos/ helaron todas las flores/ Oh, Madre mía, no llores./ Cómo lloraba María. La llaman desde ese día/ La Virgen de los Dolores.

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