No olvidemos nuestras raíces para no languidecer como una planta raquitica. Decíamos en La Prensa: “un árbol necesita una tierra donde echar raíces, un hijo necesita una familia donde nacer, crecer y de la cual recibe la cultura y la educación como hombre. Y un pueblo también tiene que echar raíces.” Las raíces de un pueblo están en suelo de la Patria y en la historia de aquellos que hicieron de esa tierra una Patria. Las raíces de un pueblo están en la tradición, es decir, en aquello que se transmite: en la fe, en la lengua, en el heroísmo del pasado, en el esfuerzo en el trabajo, en todas aquellas cosas que nos marcan y nos distinguen con características propias y nos hacen ocupar un lugar propio en el concierto de las naciones. ¿Qué pasa si un árbol no tiene una tierra donde clavar sus raíces y no tiene agua que lo alimente? El árbol se seca, queda como una plantita raquítica. Lo mismo le pasa a la Nación que se desentiende, rechaza, olvida o niega sus raíces. Nuestras raíces tienen mucho que ver con el 12 de octubre.

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