Compartir
Un libro atesora los artículos en La Prensa de Gabriel Camilli, director del grupo ELEVAN
La verdad sobre la guerra en Europa
El autor, ex titular de la Escuela Superior de Guerra, examina los objetivos nacionales y las estrategias militares de Vladimir Putin con una precisión infrecuente en los diarios occidentales. Los parangones con Malvinas y las enseñanzas para los argentinos.
“Para los que quieran escuchar: nos están mintiendo. Le muestran al mundo, como lo hicieron en las Malvinas, una realidad cambiada. Lo digo sin tomar partido, ni por uno ni por otro, con total objetividad profesional sobre lo que sucede en Ucrania”, enfatizó el martes el coronel Mayor retirado Gabriel Camilli durante la presentación de su libro La guerra de Ucrania: crónicas anticipatorias publicadas en La Prensa en el salón del Instituto de Filosofía Práctica (INFIP).
Ante una sala llena, Camilli, ex director de la Escuela Superior de Guerra Conjunta y de la Facultad Militar, disertó sobre su obra que atesora los artículos publicados en el diario La Prensa.
Sentados a su lado estuvieron los doctores Pablo Anzaldi y Marcelo Breide Obeid, quienes realizaron una introducción sobre el trabajo del autor al que han asesorado y trabajado en conjunto.
“Rusia tiene un jefe de Estado que entendió que la guerra no es una cuestión de apurarse, sino de poner en juego los potenciales nacionales”, subrayó a la audiencia el politólogo Pablo Anzaldi al tomar primero la palabra en el evento.
Según el docente en varias universidades (UCA, UCALP, Untref y USES), el pronóstico del enfrentamiento apunta a que “Se ve que esto marcha hacia una salida negociada sobre la base de que Rusia efectivamente conquista los objetivos limitados, pero muy importantes, que se trazó en la guerra”.
Sobre Putin, el investigador aseguró que: “es un hombre muy fundamentado a la hora de defender no solo el honor de Rusia, sino también los intereses estratégicos y el pensamiento nacional”.
Luego agregó: “Todo eso se encuentra en el libro, ese choque entre la cultura nacional que supone un mundo y una visión multipolar del mundo frente a la cultura globalista que acompaña a la percepción unipolar”.
Finalmente, señaló: “La neutralización o la neutralidad de Ucrania como una zona de amortiguación entre la OTAN, que presiona, y Rusia, que está liderando desde el punto de vista político un nuevo orden mundial, que no es un orden unipolar, sino que es un orden multipolar por el cual bregamos”.
OBSOLETO
Acto seguido le tocó la palabra al Dr. Marcelo Breide Obeid que hizo un paralelismo con la actual realidad militar y de defensa de la Argentina.
Luego del traspié de Rusia en el comienzo de la guerra, que creía que prontamente acabaría la contienda, este país tuvo que “ asimilar el golpe y empiezan a hacer una guerra con recursos de todo tipo, desde ponerse a estudiar los más altos problemas que les estaban implicando, el apoyo satelital que tenía Ucrania y que sorprende en gran medida a los rusos, hasta reutilizar armamento considerado obsoleto. Algo que hoy también hace Ucrania”.
Según Breide Obeid “la doctrina del uso del armamento obsoleto nace con la Guerra de las Malvinas. Allí se descubrió que el factor valor, unido a la decisión, podía provocar efectos muy importantes en los acontecimientos bélicos”.
“Mientras más capacidad militar tiene un pueblo, más capacidad de negociación tiene. Es exactamente al revés de lo que se piensa en la Argentina”, señaló.
Seguidamente añadió que “los argentinos de antes lo entendían esto porque eran un pueblo que había pasado de tener un genio militar popular, como se demostró en las invasiones inglesas, a elaborar un Estado estructurado y conservador”.
En nuestro país “se han cometido errores tan graves como considerar que no existen hipótesis de conflicto. Llevar a las Fuerzas Armadas a un estado de inanición inadmisible como retirar fuerzas de las fronteras o levantar unidades militares en zonas estratégicas. Esto sucede porque cómo es un pueblo ignorante en materia militar que no le preocupe ni le llama la atención sobre este aspecto, se cae en el gran error de considerar que un ejército es caro, pero mucho más caro es no tenerlo”. Finalmente, subrayó que “la guerra es un tema dignísimo de ser estudiado. Es una cuestión de vida o muerte para un país porque si no viene la muerte por la espada, viene por la colonización fácil, con una pequeña coima, con un pequeño engaño. Se pueden comprar un país porque no tiene quien lo defienda”.
DESAFIOS
El último en tener la palabra fue Gabriel Aníbal Camilli, quien explicó como en los primeros días de la guerra entre Rusia y Ucrania se puso sobre los hombros la pesada tarea de informar correctamente, ante una niebla de desinformación, lo que sucedía desde su experiencia en la estrategia militar y en sus años como agregado de defensa en otros países.
“Escribir este libro fue un desafío y quiero reflexionar sobre el significado de esa palabra mediante lo que dice la Real Academia Española. Me encontré en el diccionario siete acepciones que me sirvieron de modelo para sacar enseñanzas acerca de cuál debe ser nuestro objetivo en los tiempos que se viven, que siguen siendo desafiantes”, anticipó el autor que actualmente se desempeña como director del Instituto ELEVAN.
Luego agregó: “Así están condensadas en estas definiciones simples del verbo desafiar nuestras actitudes. Por ejemplo, mi actitud hacia el libro; los adversarios que tenemos que enfrentamos en lo personal y comunitariamente; los oponentes que enfrenta la Argentina y hasta las virtudes que habrían de ser necesarias en el país”.
Sobre el primer significado, Camilli detalló: “El primer significado dice el diccionario que es ‘retar’, provocar a singular combate, batalla o pelea. Yo me tomé el libro para provocar el singular combate. Soy provocador y lo demuestro al presentar una opinión militar profesional fundada sobre la guerra en Ucrania, en una Argentina donde hace más de 40 años que los militares no podemos decir una palabra ni publicar ni siquiera una línea de nuestro quehacer profesional. Yo me puse ese desafío y en estos dos años he hecho críticas, he tirado palos a diestra y siniestra, muy sutilmente, como está en el libro, y nadie ha tenido el tupé de levantar el teléfono y decirme esto no es así. Ese fue el desafío”.
El siguiente sentido es “contender, competir con alguien en con alguien, en cosas que requieren fuerza, agilidad o destreza. Me puse a contender con esta niebla de la guerra, contra los chantas, contra la desinformación”.
La tercera acepción de la palabra es “afrontar el enojo o la enemistad de alguien contrariando sus deseos, acciones de desafío. Quise contrariar, como le digo, a los chantas anglófilos que son responsables de esta guerra y que la veo reflejada en nuestra guerra de Malvinas. El mismo cuento hicieron de la Argentina en 1982 cuando dijeron que invadimos Las Malvinas. Eso se leía en toda la prensa occidental y era mentira porque la Argentina recuperó las Malvinas. Entonces quise desafiar eso y vi la mano anglófila metida ahí adentro de esta guerra para disturbar a estos pueblos”.
El cuarto significado se refiere a enfrentarse a las dificultades con “decisión”. “Eso es un desafío porque ante tanta falsedad y mentira tomamos la decisión de darlo a conocer y de decir ‘acá hay otra realidad´”.
La quinta acepción de desafío es, dicho de una cosa, competir o ponerse a otra. “He llamado a la competencia y he tenido pocos resultados porque no hay quien levante el guante del otro lado. Lamentablemente he querido competir y oponerme al chanterío local y regional. A los que saben de todo, por ejemplo, del covid, de incendios forestales, de estrategia, de geopolítica, en resumen, son chantas. Alguna vez un jefe mío del ejército se refería estas personas como un grupo de “Che al cubo”. Es decir, chantas, chupamedias y chismosos que buscan trepar. Así está la Argentina y de esto no escaparán los opinólogos, a los cuales desafío”.
DESUSO
Según el disertante, el diccionario recoge también el origen de la palabra en dos acepciones que dice que han caído en desuso y curiosidades de la lengua. “En su origen, la palabra tenía una carga bien distinta y de la que también podemos sacar algo de provecho. Así, la 6ª acepción se refiere a romper la fe y la amistad que se tiene con alguien. Y el 7º, deshacer o descomponer, es “des” “fiar”.
En el cierre de su exposición, Camilli dijo: “No es menos desafiante para nosotros ese significado, porque es un reto ordenar nuestros prioridades y objetivos, deshaciendo la confianza y la fe que a veces tenemos en las promesas vacías, en el facilismo. No es sencillo nadar contra la corriente y de eso se trató el libro”.
FOTO: GUSTAVO CARABAJAL
MANTENTE AL DÍA