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En una declaración conjunta, condenan los actos terroristas, advierten sobre la crisis en Gaza y abogan por que se llegue a la solución de “los dos Estados”.
El Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) de la Iglesia Católica y la Conferencia Europea de Iglesias (CEC) lanzaron hoy un llamamiento conjunto, buscando poner fin a la guerra que afecta a los territorios de Israel y Palestina.
“Pedimos a los líderes políticos de todos los partidos que ejerzan su responsabilidad de garantizar un alto el fuego en todos los frentes”, se lee en la declaración. La posición fue adoptada después de la reunión del Comité Mixto PECO-CEC, que tuvo lugar entre el domingo y el martes en Belgrado.
Los líderes cristianos condenan “la violencia y la crueldad de los terroristas de Hamás”, sobre todo los perpetrados el 7 de octubre.
“Expresamos nuestra profunda compasión por los que murieron, por los heridos, por los que perdieron a sus seres queridos, y dirigimos nuestro pensamiento a los rehenes y sus familias”, señala el texto.
La nota alude al “contexto histórico de colonialismo, antisemitismo e islamofobia” que condujo a la situación actual, destacando el “inmenso sufrimiento en ambos lados de este conflicto”.
Y se agrega: “Nos entristece profundamente la destrucción de lugares sagrados que tradicionalmente se consideran lugares de refugio. Nos solidarizamos con quienes en Israel y Palestina trabajan para promover la paz, y afirmamos que la violencia no puede ser una forma de defender una causa. La destrucción de la vida no promueve la libertad, la verdad o la justicia”.
Los CCEE y la CCA abogan por que los terroristas sean “llevados ante la justicia” y por que se abran “corredores humanitarios” para el pueblo de Gaza.
“Llamamos a toda la comunidad internacional a movilizarse y defender el derecho internacional, en particular las resoluciones de la ONU, con el objetivo de abrir negociaciones serias para crear una paz duradera, en verdad y justicia”, indican en la declaración.
Los líderes cristianos invitan a los miembros de sus comunidades a “orar por todos los que sufren” y por “aquellos que ejercen autoridad sobre las naciones”, para que “se entable un diálogo genuino que defienda la dignidad humana de todos y haga posible la convivencia en paz de dos pueblos en dos Estados”.+
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