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El mundo se enfrenta a una gran enfermedad.
Una guerra en Europa.
Una nueva invasión de Palestina amenaza con desestabilizar el Medio Oriente.
La confusión teológica oscurece los corazones de los fieles.
Un obispo escribe: “A menos que la mano de Dios intervenga directamente… todo estará perdido”
El año es 1531.
Dios interviene.

Hace casi 500 años, la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe cambió el curso de la historia humana. Hoy, los corazones de los Católicos alrededor del mundo hacen eco de las misas ansiedades de 1531. Una vez más, la respuesta a esta ansiedad no es temporal, sino espiritual.
Ahora, más que nunca, debemos volar bajo la protección de Nuestra Señora por su intercesión, por lo que estoy haciendo un llamado a los católicos alrededor del mundo, especialmente a aquellos en el continente americano, a que se unan a mí en regresar a el abrazo amoroso de Nuestra Señora.
Conducidos por el inagotable amor maternal que ella tiene por sus hijos, Nuestra Señora trajo al nuevo mundo bajo la protección de su manto, y trajo a millones de almas a Cristo. Es este mismo amor maternal y protección el que buscamos hoy. El amor y la protección que ella nos proporcionará si nosotros la pedimos seriamente.
Este próximo mes de Marzo, estaré comenzando una novena de nueve meses, implorando la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe contra las apremiantes crisis de nuestra era.
La novena culminará en una consagración a Nuestra Señora de Guadalupe en el día de su festividad en Diciembre.
Les pido que por favor se unan a mí en este urgente retorno a Nuestra Señora. Nuestra Señora bendita sigue siendo nuestra madre, así como lo era hace quinientos años. Su amor por nosotros permanece tan fuerte como siempre. Ella no fallará en proveer para sus hijos, sólo necesitamos pedir.

Gracias y Dios los bendiga.
Volvamos a Nuestra Señora (cardinalburke.com)

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