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Es clásico  que en toda comunidad de seres humanos se den fricciones, desavenencias, conflictos y agresiones entre sus integrantes y el origen de esos problemas tienen su causa en la propia naturaleza de cada una de las personas que la integran.

Así como en la propia naturaleza humana se encuentra la cualidad de la sociabilidad, así también  esa naturaleza es susceptible de adquirir y desarrollar vicios que se convierten en verdugos de su propio bien vivir e impiden, muchas  veces, que se viva en armonía y concordia para lograr el Bien Común.

Esos siete verdugos individuales con repercusiones sociales  los menciono en orden alfabético: Avaricia; Envidia; Gula; Ira; Lujuria; Pereza y Soberbia. Con  razón hay quien puede pensar que existen otros muchos verdugos que no están considerados en esa lista y es correcto, solo menciono que esos verdugos son derivaciones o ramificaciones de estos siete verdugos principales.

Analicemos a cada uno de ellos para conocer su esencia y sus efectos en las personas que pudieran padecerlos de alguna manera  e intensidad.

La Avaricia  es el afán o deseo desordenado (vicio) de poseer riquezas, bienes, posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica y la comodidad personal.

Sus repercusiones sociales son negarse a ayudar al prójimo en desgracia teniendo los medios para hacerlo y sin que ello suponga un gran sacrificio personal. Acaparar bienes o productos que estén siendo muy demandados, muy por encima de la satisfacción de las necesidades personales, y sin importar que otros se queden sin acceder a ellos.

Envidia es el sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que otra posee. Este hábito malo algunos lo  dividen en envidia maligna. La envidia maligna es la forma más tóxica de este sentimiento ya de por sí negativo, envidia reductora, envidia narcisista, envidia del estatus, envidia insegura, envidia parasitaria y envidia depresiva.

La Gula es un vicio del deseo desordenado por el placer conectado con la comida o con la bebida, la embriaguez,  con sus consecuencias en accidentes muchas veces mortales, el glotón continúa ingiriendo alimentos sin sentir hambre. Creando un desequilibrio social, además de saturar los hospitales por sus enfermedades.

La Ira es una pasión ciega que en sus desenfrenadas manifestaciones ofusca la razón y la turba. Es capaz de perpetuar las más horribles acciones contra sus semejantes y contra él mismo. La Ira destruye el orden, la armonía y la paz social.

La Lujuria es el deseo y actividad sexual exacerbados, exceso o abundancia de cosas que estimulan o excitan los sentidos (pornografía) . Los comportamientos lujuriosos se caracterizan fundamentalmente por el arrebato o furia y el descontrol sexual que se manifiesta en el comportamiento de los individuos. En el área de la psicología, la lujuria está relacionada con los pensamientos posesivos con respecto a otra persona. Es la causa de violaciones, pederastia, agresión sexual a mujeres y niños. El ejemplo mayor es la ideología de género y la trata de menores.

La Pereza es la falta de ganas de trabajar, o de hacer cosas, debilidad o lentitud en las acciones o los movimientos, hay la Pereza física o corporal y la Pereza mental. Ambas son perjudiciales pues se vuelven pesada carga para toda la comunidad. Los mexicanos la padecen en grado mayúsculo.

La Soberbia es la actitud  de superioridad frente a los demás que provoca un trato distante o despreciativo hacia ellos. Rabia o enfado que muestra una persona de manera exagerada ante una contrariedad que afecta a quienes están cercan de él y si ocupa un cargo público (presidente) es supe dañino para el pueblo.

Es fundamental que en el sistema educativo público y privado de México acompañado con la educación familiar,  pongan énfasis para evitar en lo posible que los educando (discentes) adquieran y desarrollen estos vicios que se convierten en verdugos de su persona y de la comunidad donde conviven. Así como evitar a toda costa que individuos con esos vicios lleguen a ocupar cargos de gobierno o se conviertan en servidores públicos pues destruyen la economía y la paz social. Usted lector dice la última palabra.

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