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Un gran número de personas provida se manifestaron el 15 de mayo frente a las Casas del Parlamento en Londres para protestar contra una serie de enmiendas que, de ser aprobadas, liberalizarían aún más las leyes sobre el aborto en el Reino Unido, incluida una que, según los críticos, permitiría abortos hasta el momento del nacimiento.
Según informó el Catholic Herald, la manifestación en Westminster fue coordinada por una variedad de organizaciones como Alliance Defending Freedom UK, Christian Concern, March for Life, Rachel’s Vineyard y 40 Days for Life. Los participantes portaban carteles y vestían camisetas con la frase “No al aborto hasta el nacimiento”.
Lo que está en juego es una serie de enmiendas propuestas a un proyecto de ley de justicia penal que se está considerando en el Parlamento del Reino Unido, una de las cuales modificaría la ley del Reino Unido de manera que “ninguna mujer sería responsable de una pena de prisión como resultado de tratar de interrumpir su propio embarazo. ” Originalmente estaba previsto que las enmiendas se votaran el miércoles, pero, según se informa, no se llevó a cabo una votación y no parece que se haya programado otra votación aún para el jueves por la noche.
Según el Servicio Nacional de Salud (NHS), en el Reino Unido los abortos pueden realizarse después de 24 semanas sólo en circunstancias muy limitadas, por ejemplo, si la vida de la madre está en riesgo o si el niño nace con una discapacidad grave.
En una declaración del 8 de mayo , el obispo John Sherrington, obispo principal para cuestiones de vida y obispo auxiliar de Westminster, expresó su apoyo a una enmienda de la miembro del Parlamento Caroline Ansell que reduciría el límite de gestación para los abortos de 24 a 22 semanas. Otra enmienda, presentada por el miembro del Parlamento Sir Liam Fox, representa un paso hacia el fin de las leyes actuales del Reino Unido que permiten que los bebés con síndrome de Down sean abortados hasta el nacimiento.
Sin embargo, Sherrington dijo que está “profundamente alarmado” por otras dos enmiendas al mismo proyecto de ley. La enmienda propuesta por la miembro del Parlamento Diana Johnson relacionada con la responsabilidad eliminaría cualquier protección legal para los bebés no nacidos cuando una mujer intenta provocar su propio aborto en cualquier etapa del embarazo, dijo.
“Otro peligro que presenta esta enmienda es que las mujeres podrían abortar sus propios embarazos en casa mediante el uso de píldoras abortivas en cualquier momento del embarazo, lo que podría poner en grave peligro la salud y la vida de la mujer. Además, los riesgos de un aborto forzado o coaccionado no harían más que aumentar a medida que disminuyan las salvaguardias legales en torno al aborto”, señaló.
La segunda enmienda de la parlamentaria Stella Creasy incluye propuestas para despenalizar el aborto hasta la semana 24 para cualquier parte involucrada.
“La Iglesia reconoce la lucha y el trauma que pueden llevar a algunas mujeres embarazadas a considerar el aborto. Situaciones tan difíciles requieren atención pastoral y médica para las mujeres vulnerables en momentos de necesidad. Cuando se procesan casos de abortos ilegales, corresponde al juez decidir el equilibrio apropiado entre justicia y misericordia para todos los involucrados”, dijo Sherrington.
“Nuestra legislación actual proporciona cierto nivel de protección a las madres embarazadas y a los fetos al mantener el aborto dentro de la legislación penal. Relajar aún más la legislación sobre el aborto sería un error trágico tanto para la madre como para el niño”.
“Como ha dicho el Papa Francisco: ‘Es preocupante ver cuán simple y conveniente se ha vuelto para algunos negar la existencia de una vida humana como solución a problemas que pueden y deben resolverse tanto para la madre como para su hijo no nacido. ‘ En Inglaterra y Gales, tanto el feto como la madre embarazada merecen plena protección bajo nuestras leyes, ya que se encuentran entre los más vulnerables de nuestra sociedad”, concluyó el obispo.
Por Jonás McKeown
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