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Luego de 500 días de Guerra Europea podemos hacer algunas consideraciones que nos ayuden a pensar. Recuerdo que son solo ideas opinables, basadas en un análisis profesional del tema.
En principio y según algunos autores occidentales, los eslavos, y entre ellos los rusos y los ucranianos, son las personas más duras del mundo y así lo han demostrado a lo largo de la historia. Los eslavos son inflexibles debido a sus habilidades psicológicas e intelectuales, creadas por muchas generaciones de antepasados, y según parece, es imposible alterar estos genes. Los eslavos pueden ser destruidos, pero nunca conquistados.
¿Puede haber una estrategia de dividir a las naciones eslavas (de 300 millones, la mitad de ellas rusas) en pequeños países con conexiones débiles y cortadas? Utilizando el viejo método: divide y vencerás. ¿Alguien estará interesado en hacer enfrentar a estos países entre sí y arrastrarlos a guerras entre hermanos en aras de la destrucción mutua?
Los ucranianos pensarán que están luchando contra la Rusia expansionista y luchando por su independencia. Pensarán que, finalmente, han obtenido su libertad, mientras que serán completamente subyugados por otros poderes. Los rusos pensarán lo mismo, como si estuvieran defendiendo sus intereses nacionales para devolverles sus tierras que “ilegalmente” les arrebataron.
¿DONDE ESTAMOS HOY?
La guerra de Ucrania es una guerra de desgaste en la que la conquista y posesión del territorio es secundaria. El propósito de la guerra de desgaste es, como su nombre lo indica, desgastar las fuerzas del otro bando hasta el punto en que abandonen la lucha o se debiliten tanto que ya no puedan defender el territorio en disputa.
Quién gana una guerra de desgaste depende en gran medida de tres factores:
* La determinación, moral y voluntad de lucha entre los dos bandos.
* El balance y equilibrio demográfico entre ellos.
* La aceptación en los gobernantes y los pueblos de los muertos , heridos y de las destrucciones derivadas de la guerra, en la relación costo-beneficio (hasta dónde luchar)
Los rusos tienen una ventaja decisiva en el tamaño de la población y una clara ventaja en la tasa de bajas; los dos lados están igualados en términos de determinación. Las fuerzas ucranianas, ciertamente, han sufrido muchas más bajas que sus adversarios rusos por una razón: Rusia tiene mucha más artillería que Ucrania.
En la guerra de desgaste, la artillería es el arma más importante en el campo de batalla.
Por lo tanto, el equilibrio de la artillería importa enormemente en una guerra de desgaste. Según casi todos los informes, los rusos tienen una ventaja de entre 5:1 y 10:1 en artillería, lo que pone al ejército ucraniano en una desventaja significativa en el campo de batalla.
La parte atacante normalmente sufre más bajas que la parte que defiende. Y en esta guerra, no son solo los rusos los que han lanzado campañas ofensivas.
Los ucranianos lanzaron dos grandes ofensivas el año pasado que resultaron en victorias ampliamente anunciadas: la ofensiva de Kharkiv en septiembre de 2022 y la ofensiva de Kherson entre agosto y noviembre de 2022. Aunque los ucranianos lograron ganancias territoriales sustanciales en ambas campañas, la artillería rusa infligió grandes bajas en las fuerzas atacantes. Los ucranianos acaban de comenzar otra ofensiva el 4 de junio contra las fuerzas rusas que los superan en número y que están mucho mejor preparadas que aquellas contra las que lucharon los ucranianos en Kharkiv y Kherson.
También debemos decir que la defensa suele implicar muchos contraataques, como parte de la dinámica de este tipo de operaciones.
Está claro, a partir de los informes de noticias ucranianas y occidentales que las fuerzas ucranianas frecuentemente lanzan contraataques contra las fuerzas rusas. Es difícil decir exactamente dónde está la primera línea porque se mueve como gelatina.
Como sabemos la tan promocionada contraofensiva ucraniana ha comenzado, pero las ganancias en terreno se miden con una regla en lugar de dibujarse en mapas. De acuerdo a los resultados actuales, los ucranianos ya deberían haberse dado cuenta de que sus tácticas no están dando el éxito deseado en el campo de batalla, y han cambiado de opinión. Al menos eso es lo que dice Markus Reisner, coronel de las Fuerzas Armadas de Austria, en una entrevista con ntv el lunes pasado.
COMO UNA PIEZA DE AJEDREZ
Uno de los avances más exitosos lo realizaron los ucranianos al sur de Bakhmut, donde pudieron recuperar de 500 a 1000 metros. Pero, ¿cuál es realmente el problema? “Tienes que imaginar el terreno allí como un tablero de ajedrez. Las líneas entre los campos abiertos y llanos son líneas forestales, también conocidas como cinturones cortavientos. Si conquistas una de estas líneas, entonces controlas el siguiente campo”, explica Reisner sobre la situación. El problema fue que los ucranianos intentaron “moverse de una casilla a la siguiente como una pieza de ajedrez”, lo que provocó grandes pérdidas.
Es por eso que este observador de la guerra llegó a una conclusión devastadora: “Desde mi punto de vista, la primera fase de la ofensiva ucraniana fracasó. Intentaron avanzar como algo sacado de un libro de texto del ejército estadounidense”. Eso fracasó porque los rusos estaban demasiado bien preparados para ello.
Dada la enorme ventaja de la artillería rusa, parece razonable suponer que la proporción de bajas en estos contraataques ucranianos favorece a los rusos, probablemente de manera desigual.
Uno pensaría que Occidente podría hacer mucho para igualar la tasa de bajas suministrando a Ucrania muchas más armas de tubo y proyectiles de artillería, eliminando así la ventaja significativa de Rusia con esta arma tan importante. Sin embargo, eso no sucederá pronto simplemente porque ni Estados Unidos ni sus aliados tienen la capacidad industrial para producir en masa tubos y proyectiles de artillería para Ucrania. Tampoco pueden adquirir esa capacidad rápidamente.
Lo mejor que puede hacer Occidente, al menos durante el próximo año, es mantener el actual desequilibrio de artillería entre Rusia y Ucrania, pero incluso eso será una tarea difícil.
Recapitulando, podemos decir que, dado el pésimo estado de la base industrial ucraniana, creemos que es incapaz de librar una guerra de desgaste por sí sola. Solo puede hacerlo con el apoyo occidental.
Ha habido un desarrollo reciente que aumenta aún más la ventaja de poder de fuego de Rusia sobre Ucrania. Durante el primer año de la guerra, el poder aéreo ruso tuvo poca influencia sobre lo que sucedió en la guerra terrestre, principalmente porque las defensas aéreas de Ucrania fueron lo suficientemente efectivas como para mantener a los aviones rusos fuera de la mayoría de los campos de batalla. Pero los rusos han debilitado seriamente las defensas aéreas de Ucrania, que ahora permiten que la fuerza aérea rusa ataque a las fuerzas terrestres ucranianas sobre o directamente detrás de las líneas del frente.
Además, Rusia ha desarrollado la capacidad de equipar su arsenal con bombas de 500 kg equipadas con kits de guía que las hacen particularmente letales.
En resumen, la proporción de bajas seguirá favoreciendo a los rusos en el futuro previsible, lo que tiene una enorme importancia en una guerra de desgaste. Además, Rusia está mucho mejor posicionada para librar una guerra de desgaste porque su población es mucho mayor que la de Ucrania. La única esperanza de Kiev de ganar la guerra es que la determinación de Moscú se derrumbe, pero eso parecería poco probable dado que los líderes de Rusia ven a Occidente como un peligro existencial.
POSIBLES CONSECUENCIAS
Según John Joseph Mearsheimer, el célebre politólogo estadounidense y estudioso de las relaciones internacionales “La ausencia de un acuerdo de paz viable tendrá una serie de consecuencias nefastas. Las relaciones entre Rusia y Occidente, por ejemplo, corren el riesgo de permanecer profundamente hostiles y peligrosas en el futuro previsible. Cada lado continuará demonizando al otro mientras trabajan duro para maximizar la cantidad de dolor y problemas que causan a su rival. Esta situación ciertamente prevalecerá si la lucha continúa; pero incluso si la guerra se intensifica hasta convertirse en un conflicto congelado, es poco probable que el nivel de hostilidad entre las dos partes cambie mucho.”
Continua el citado autor “Moscú buscará explotar las fisuras existentes entre los países europeos, al mismo tiempo que trabajará para debilitar las relaciones transatlánticas y las instituciones europeas clave como la UE y la OTAN. Dado el daño que la guerra ha causado y sigue causando a la economía europea, dado el creciente desencanto en Europa con la perspectiva de una guerra sin fin en Ucrania, y dadas las diferencias entre Europa y Estados Unidos en el comercio con China, los líderes rusos deberían encontrar terreno fértil para causar problemas en Occidente. Esta intromisión naturalmente fortalecerá la rusofobia en Europa y los Estados Unidos, empeorando una mala situación. Occidente, por su parte, mantendrá las sanciones contra Moscú y minimizará los lazos económicos entre ambas partes, todo ello con el objetivo de perjudicar la economía rusa. Además, definitivamente trabajará con Ucrania para ayudar a generar insurgencias en los territorios que Rusia le ha quitado a Ucrania. Al mismo tiempo, Estados Unidos y sus aliados continuarán aplicando una dura política de contención hacia Rusia, que muchos creen que se verá fortalecida por la membresía de Finlandia y Suecia en la OTAN y el despliegue de importantes fuerzas de la OTAN en Europa del Este.”
“Naturalmente, Occidente seguirá comprometido con la incorporación de Georgia y Ucrania a la OTAN, aunque es poco probable que eso suceda. Finalmente, las élites estadounidenses y europeas seguramente mantendrán su entusiasmo por promover un cambio de régimen en Moscú y llevar a juicio a Putin por las acciones de Rusia en Ucrania. Las relaciones entre Rusia y Occidente no solo seguirán siendo venenosas en el futuro, sino que también serán peligrosas, ya que existirá la posibilidad siempre presente de una escalada nuclear o una guerra de grandes potencias entre Rusia y Estados Unidos.”
El futuro de Ucrania parece extremadamente sombrío. La guerra no muestra signos de terminar pronto, lo que significa más destrucción de infraestructura y viviendas, más destrucción de pueblos y ciudades, más muertes de civiles y militares, y más daño a la economía. Y no solo es probable que Ucrania pierda aún más territorio ante Rusia, sino que, según la Comisión Europea, “la guerra ha puesto a Ucrania en un camino de declive demográfico irreversible”.
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