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El delegado de las causas de los santos y obispo castrense de la Argentina compartió un artículo en el medio “MDZ” sobre esos dos grandes protagonistas de la historia de la Iglesia en nuestro país.
Motivado por las palabras del secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, al expresar en Roma que el Gobierno Nacional respalda y tiene especial interés en las causas de canonización del venerable siervo de Dios Enrique Shaw y del siervo de Dios coronel (post mortem) Argentino del Valle Larrabure, el delegado para las Causas de los Santos y obispo castrense y de las Fuerzas Federales de Seguridad de la República Argentina, monseñor Santiago Olivera, compartió un artículo en el medio MDZ sobre el legado de esos dos grandes protagonistas de la historia de la Iglesia en nuestro país.
“El primero -Enrique Shaw- fue un empresario que supo y quiso- con firme convicción- guiarse por la Doctrina Social de la Iglesia para el manejo y gobierno de la empresa que lo tenía como máximo responsable; el Coronel Larrabure, un militar que -en tiempo de democracia- fue secuestrado y asesinado, sin duda es admirable por su entereza en no claudicar en los valores del Evangelio y en los nobles valores de su querido Ejército y, por sobre todas las cosas, perdonando a sus agresores e invitando a sus familiares, amigos y conocidos, también a perdonar y no guardar rencor”, resume el obispo.
En el artículo, titulado “Enrique Shaw y Argentino del Valle Larrabure: un camino de encuentro”, monseñor Olivera señala también que “la vida de esos hombres- con sus respectivas misiones o vocación que ambos abrazaron- nos recuerdan que el camino de la santidad es un camino que tenemos que transitar todos”.
“En Enrique Shaw se ve esa predilección por los más pobres: siendo empresario, tuvo una mirada clara para acompañar, sostener, ayudar y promover a los obreros; un empresario no puede desentenderse de la vida de los que colaboran con el bien de la empresa, y así lo entendió y vivió el venerable siervo de Dios Enrique”, destaca.
A su vez, resalta la radicalidad plena con la que el coronel Larrabure asumió el Evangelio: “Cuanto más indagamos en la vida de Larrabure, más ‘perlas’ de su obrar evangélico encontramos, especialmente en ese tiempo que duró su secuestro antes de ser asesinado”.
Por eso, añade: “Cuando se va dando a conocer ese camino, la figura de ese gran hombre de la Patria, encuentro mucha alegría en muchos, por una figura emblemática que padeció muchos males antes de ser asesinado, en tiempo de democracia, y, de todos modos, invitó al perdón”.
“Los santos, o los que caminan a serlo en el proceso ordinario de canonización, son esos faros ilustres que da el Evangelio, son luz en la oscuridad y guardan una actualidad y durabilidad en el tiempo, porque al brotar del Evangelio, del mismo Jesús, no pasan, quedan, no se olvidan, se resguardan en la memoria del pueblo, en el corazón de muchos, que los transmiten con el paso del tiempo. Son legados permanentes, eslabones de fe con fuerza de hierro, que es ‘bronce santo’ impreso en el cielo; son protagonistas claros de la historia de nuestra Iglesia que peregrina en nuestro querido suelo argentino”, reflexiona el prelado.
Y concluye pidiendo “que Enrique Shaw y Argentino del Valle Larrabure sigan su andar hacia el altar, señalándonos un camino común, un camino de encuentro, un camino de paz, un camino fraterno”.+
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