Mi querido Jesús estoy aquí ante Ti.

Me siento tan solo, vacío, abandonado y oprimido.

No puedo sentir Tú presencia, ¿por qué?
Me gustaría mucho saber de Tí, pedirte que te hagas presente en mi corazón, pero por ahora no puedo… pero como Tú me enseñas, me presento a Tí, lleno de defectos, fragilidades y tribulaciones, y sé que estás aquí, frente a mí y esto me basta.

Jesús dice:
Hijo mío, aunque tus debilidades humanas no te hagan sentir mi presencia y mi fervor como quisieras, ¡no te preocupes! Ponte siempre delante de Mí en oración y lo haré por tí de todos modos, avanza con confianza y fe, con el deseo de agradarme cada vez más, ¡y verás resultados maravillosos en tu vida!

MANTENTE AL DÍA

Suscríbete a nuestro boletín de noticias gratuito.

¿Aún no tienes una cuenta? Comience con una prueba gratuita de 12 días