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“El misterio de iniquidad consiste precisamente en que el “Aparato publicitario de la Iglesia” que debía servir para llevar las almas a Jesucristo, sirve en cambio para perderlas y esclavizadas al demonio.
(…) Unos años más, y de no intervenir directamente la mano de Dios, el “Aparato publicitario de la Iglesia Católica” profesará una religión completamente distinta de la que nos enseñó Jesucristo y que nos han transmitido los Padres, Doctores y Santos de la Iglesia doblemente milenaria. De aquí este furor satánico que se ha desatado contra la Iglesia pre-conciliar”
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