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La agencia de población de la ONU, comprometida combatir el «retroceso» en la agenda de derechos sexuales promovido por grupos «anti-derechos», recibió el respaldo de los gobiernos occidentales en su causa. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, destacó ante su junta ejecutiva la existencia de una resistencia significativa a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, atribuible no solo a una organización bien financiada y orquestada, sino también a las dudas generalizadas sobre la sexualidad humana.
(C-Fam/InfoCatólica) Las etiquetas «anti-derechos» y «resistencia» se utilizan a menudo para referirse a los grupos pro-vida y pro-familia tradicional en la ONU y en todo el mundo.
Los conceptos se desarrollaron por primera vez en la ONU en el contexto de la oposición a las políticas provida de la administración Trump. ADF International, la Heritage Foundation, Family Watch International y C-Fam, editora del Friday Fax, son algunas de las organizaciones que han sido calificadas de antiderechos en iniciativas financiadas por Occidente.
Canadá lamentó el «creciente número de retrocesos para la salud y los derechos reproductivos sexuales» y aseguró al UNFPA que está «decidido a proporcionar apoyo para combatir y revertir estos retrocesos» Sólo en 2022, Canadá aportó 72,8 millones de euros al UNFPA. En su presupuesto integrado para 2022-2025, el UNFPA propuso una contribución total de 5.045,6 millones de dólares para la agencia.
La representante permanente de Bélgica ante la ONU expresó su preocupación por los «movimientos antiderechos» y elogió al UNFPA por continuar su trabajo para «empoderar a millones de niñas para que tomen decisiones informadas sobre sus cuerpos» a pesar de las críticas. Alemania, Australia, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Suecia y Suiza se sumaron a la declaración de Bélgica.
Kanem afirmó que están planeando «reforzar el papel normativo del UNFPA a nivel nacional para cumplir el mandato», dada la «resistencia» a la que se enfrentan en casi todas las esferas de su trabajo. Finlandia lo corroboró diciendo que «por eso el trabajo del UNFPA es absolutamente esencial, para contrarrestar el movimiento de rechazo es necesario aclarar la narrativa».
En el contexto de los derechos sexuales y reproductivos, «clarificar la narrativa» se refiere a los esfuerzos del UNFPA por normalizar una visión positiva hacia el aborto en comunidades donde la gente se opone a él por motivos religiosos y morales. «Acogemos con satisfacción el refuerzo del papel normativo del UNFPA, al tiempo que se utilizan pruebas sólidas tanto en las políticas como en la defensa de los derechos», comentó Finlandia. La Directora del UNFPA dijo: «La única forma de superar [la oposición] es aportar datos y arrojar luz sobre el problema».
En un reciente Foro sobre Igualdad de Género celebrado en París, Geeta Rao Gupta, Embajadora en Misión Especial de Estados Unidos para Asuntos Mundiales de la Mujer, mencionó el movimiento «pushback» y la necesidad de prestar atención a los «ataques muy sistemáticos, bien coordinados y financiados por actores malignos estatales y no estatales».
El UNFPA es la agencia de la ONU para la salud sexual y reproductiva. La agencia afirma tener el mandato de promover la salud sexual y reproductiva en todo el mundo. El Informe 2024 del UNFPA a la junta ejecutiva muestra que el concepto de «salud sexual y reproductiva y derechos reproductivos» incluye no sólo la planificación familiar y la salud materna, sino también el acceso al aborto, la educación sexual integral y los derechos LGBTQI+.
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