Muy bueno ese artículo, son pocas personas las que le reconocen a España el haber sido un país vanguardista, en lugar de ser supuestamente “el colero” de Europa, lo que pasa es que Europa ha envidiado a España incluso podría decir antes de emprender viajes que la llevaron a descubrir América, y con el descubrimiento y el nacimiento y el auge de la América Hispana y de la propia España éste país (España) empezó a ser más envidiado todavía.

Palabras de Gilbert Keith Chesterton sobre España.

Chesterton fue uno de los más grandes escritores británicos, y uno de los maestros de la novela policíaca. Luego de su conversión al Catolicismo, fue uno de sus más brillantes defensores, y entendió como muy pocos de sus compatriotas el verdadero lugar de España en el mundo. El siguiente escrito es de 1933:

«Los españoles descubrieron a América; pero los ingleses aún no han descubierto a España… Porque realmente nosotros siempre hemos estado en un asombroso error acerca de España.

»En muchísimos aspectos, España ha sido a través de la Historia lo opuesto a lo que muchos norteños suponen.

»España ha sido campeona del progreso y de la libertad. La misma institución del Parlamento, para la cual los liberales parlamentarios guardan todo su entusiasmo, no vino de Simón de Montfort o de la Carta Magna, sino de España. Y más importante aún es que, cuando el sistema feudal era casi uniforme en toda Europa, solamente España tenía una forma libre de feudalismo. Poseía un sistema que permitía al vasallo descontento de su señor pasar bajo el dominio de otro más humano.

»Sin detenerme en otras pruebas voy a resumir diciendo que la idea de que España fue siempre anticuada y reaccionaria es debida a un solo hecho que prueba exactamente lo contrario; a saber: la figura popular de Don Quijote. Debido a una confusión característica, se cree vagamente que España produjo el último hombre que creyó en los romances extravagantes de la Edad de Hierro. Lo cierto es que España produjo el primer hombre que se burló de ellos.

»En una palabra, España más bien ha estado a la cabeza de todos los demás países, como fue a la cabeza de todos a América. Y ello aun a pesar del gran infortunio que fue el origen de todas las tragedias que realmente sufrió: el hecho de haber renacido entre
espadas y escudos del recio país mahometano que por muchos siglos parecía tan sólido como Arabia.

»De aquí surgió la Cruzada española que llenó toda la historia primera. Y de aquí provino su triste criatura la lnquisición española, que es lo único español de que los
ingleses han oído hablar. Que hayamos oído hablar de la lnquisición y no de las Cruzadas, no deja de ser curioso. Es exactamente lo mismo que si un español no hubiera oído hablar acerca de Nelson ni de las victorias
inglesas en las costas de su propio país, ni de la gracia de los marineros ingleses, o de su amor al mar, pero que tuviera en cambio copiosas referencias del viejo Gato del Barco que acompañaba a los hombres en los días
más negros de torturas.

»Cuando se toma la historia de España en conjunto, se percibe a través de ella un espíritu cuyo verdadero y único nombre es libertad. lnnumerables viajeros lo han notado en el mismo carruaje y en los modales de cualquier campesino castellano. Quizá sea más notable en el Norte, donde los campos se van
levantando hacia las montañas, hasta que encuentra su expresión suprema en la soledad extraña de los andorranos, donde se encumbra como sobre las alas del águila la solitaria república de los Pirineos.

»Pero siempre hubo diferencia de espíritu entre ciudades y colonias y cortes. Y como se ha observado, la literatura ha estado llena de humorismo, especialmente de esa especie de humorismo sutil en que el humorista se ríe de sí mismo. La gran novela es en sí una parodia de la novela. No era lo mismo el Enrique Quinto de Shakespeare, ni ocurría otro tanto con el caballero Theleme de Rabelais. Valga el recuerdo de este ambiente histórico para preparar a mis compatriotas a tomar en serio la siguiente proposición que en estos momentos España, apenas mencionada por los periódicos, es mejor que ningún otro país, el verdadero campo, el campo limpio de batalla entre las piezas espirituales de nuestro época.

»Mejor que Alemania, denunciada sólo por perseguir a los judíos; mejor que Rusia, a quien se le denuncia principalmente por asustar a los capitalistas; mejor aún que Francia o ltalia, España es el país donde podemos observar el retroceso de la ola tremenda y el retorno de Europa a la verdad».

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