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“No me parece mal que Marilyn Monroe haga un show para los soldados, pero yo quiero hacer algo que me comprometa de verdad, quiero ayudar, ser de utilidad”, dijo
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El año era 1973 y la Argentina recibía a un actor ilustre: Armando Joseph Catalano, mejor conocido por su nombre artístico, Guy Willliams. “Cansado de la vida de Hollywood”, según confían allegados suyos, el artista que protagonizó a El Zorro viajó hasta aquí para respirar otro aire. Una invitación para participar en un programa de Canal 13 fue lo que le brindó la oportunidad
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Aceptó, y vivió muchos años en la Argentina, donde muchas de las andanzas que protagonizó son conocidas. Por ejemplo, su temporada dorada en Mar del Plata entre 1977 y 1978, en el circo “Real Madrid”, sus presentaciones en teatros y el triángulo amoroso que protagonizó junto a las argentinas Araceli Lizaso y Patricia Goodliffe. Todo, siempre, aumentado por la popularidad que le suscitaba la telenovela sobre el héroe enmascarado que, hasta hace dos años, seguía marcando buenos registros de rating en la televisión, cada sábado y domingo al mediodía. Su vida, lógicamente, era pública, de modo que su experiencia aquí no pasaba desapercibida. Pero hay excepciones para todos, incluso para Don Diego de la Vega.
“No le gustaba la vida de Hollywood”
Armando Catalano vino a Buenos Aires por una propuesta laboral, afirma el cineasta Adrián Escudero Tanus, quien formaba parte de su entorno. “Había un programa de Canal 13 que se llamaba ‘La campana de cristal’, y funcionaba así: se establecían varias prendas con fines solidarios. Por ejemplo: tal semana, la producción debía conseguir un actor que hubiera ganado un Oscar. Entonces (y si lo lograban), una institución que había sido designada como beneficiaria pagaba un premio que había sido acordado previamente”, explica. Y sigue: “Bueno, en ese modo de desenvolverse, intentan conseguir a El Zorro. Él estaba retirado, entonces no lo encontraban, y deciden buscarlo en la guía telefónica de EE.UU. Efectivamente estaba. Le propusieron que, si accedía a venir, le irían a pagar. Él aceptó y se entrevistaron”.
Según Tanus, Catalano no tenía muchas amistades en el mundo de Hollywood. “Y la Argentina maridaba muy bien con su forma de ser”, agrega.
“Él detestaba el modo de vivir de Hollywood”, insiste Tanus. “Protagonizó ‘Perdidos en el espacio’, pero después decía que estaba completamente en desacuerdo con esa serie, y que solo la había hecho por cuestiones económicas”.
“La Argentina se perdió la oportunidad de ver a El Zorro peleando por las Malvinas”
Hay que rebobinar mucho para dar con el vínculo entre El Zorro y la guerra en el Atlántico Sur. Aunque, hoy en día, hay un objeto que lo materializa: una placa de cerámica que está en San Andrés de Giles, 103 kilómetros al Noroeste de la Ciudad de Buenos Aires. En ella, veteranos de la guerra de Malvinas agradecen a los “miles de voluntarios que se ofrecieron a defender la soberanía argentina […] En especial al ciudadano estadounidense, Guy Williams, ‘El Zorro’, por ofrecerse a luchar por nuestra noble causa”. ¿Broma de mal gusto? No. La inscripción, que tiene una Z dibujada en una de sus esquinas, fue colocada el 1 de abril de 2020. A pesar de que no está firmada, se sabe que la autoría es de un grupo de veteranos de guerra que son oriundos de aquella zona. Alberto Puglelli, uno de ellos, explicó para el portal digital regional Infociudad: “Él se ofreció de voluntario para manejar una ambulancia. Era muy malvinero, a pesar de su nacionalidad norteamericana. Entonces usamos su imagen para recordar a todos aquellos que en el ‘82 se ofrecieron para cruzar a Malvinas”.
“Él se postuló para manejar una ambulancia porque no tenía edad para pelear”, dice Araceli Lizaso, una de las parejas que Catalano tuvo en la Argentina.
-Hay que decirlo: es raro que un extranjero se comprometa de esa manera. ¿Cómo llegó a querer ir a la guerra?
-A él le dolía mucho ver la ingenuidad del argentino que creía que Estados Unidos iba a apoyar a la Argentina. Él no quería a los Estados Unidos, tenía muchas cosas en contra de su país. Le decía a mi mamá: “Chita, vendé el campo que va a haber guerra”. Repetía que Estados Unidos había sido aliado de Inglaterra en la Segunda Guerra Mundial y que no había ninguna manera de que ahora ayudase a la Argentina. “No la va a apoyar”, sostenía. Recuerdo que la charla empezó con él diciendo: “Yo quiero ayudar, mis compatriotas no”.
-¿Y cómo se ofreció? ¿Se presentó en una oficina gubernamental?
-Él tenía un amigo que era Secretario (por el rango de la carrera diplomática) en la embajada de Estados Unidos en la Argentina. Se llamaba Norman, de nombre, no recuerdo su apellido… Habló con él y el fue él quien le dijo que lo único que podría hacer, por una cuestión etaria, eran cosas como esas. “Bueno, poneme ahí”, le respondió a Norman.
-Pero no fue. ¿Qué pasó?
-Después de esa charla, se anotó. Luego, le dijeron que no se podía hacer, que cualquier cosa lo iban a llamar. Pero nunca nos llamaron, todo quedó en esa oferta, en esa charla. Su reacción fue decir “No, me parece mal que Marilyn Monroe haga un show para los soldados, pero yo quiero hacer algo que me comprometa de verdad, quiero ser de utilidad”.
Lizaso cuenta que Catalano sabía maniobrar armas de fuego. “Él disparaba muy bien, tenía un 38 largo que creemos que fue robado por la policía cuando murió”. De verdad que disparaba muy bien. Cuando andábamos de gira por el país por El Zorro, era la época de la dictadura. En todos lados los militares lo provocaban, pero en joda, eh. Nos invitaban a los cuarteles para ver si tiraba «tan bien como manejaba la espada». Yo lo acompañaba”.
-¿Cómo te tomaste vos su planteo de ir a Malvinas?
-Yo me hubiera ido con él, eh. Éramos inseparables. De última, yo me quedaba cocinando ahí. Dije: “No voy a ir al frente pero voy a asistir con enfermería”. Yo había estudiando medicina.
-¿Se sintió decepcionado cuando le dijeron que no?
-Él dijo que la Argentina se perdió a El Zorro peleando por las Malvinas. Tenía un sentido del humor muy grande.
“Lo vinieron a buscar a la puerta del teatro con un tanque”
Es casi una leyenda, pero sus allegados aseguran que pasó de verdad. Cuentan que, un día, Catalano se “plantó” ante el gobierno militar. “Guy era una celebridad. Creo que él ha estado lejos del bien y del mal, y que ha sido bien visto tanto por opositores, oficialistas, propios y extraños, incluso por los militares… Pero, una vez, desafió al gobierno”, asevera Adrián Tanus. “Lo querían obligar a dar una presentación gratuita. Y no quiso. Entonces, fueron a buscarlo”.
Araceli Lizaso se explaya sobre este episodio: “Ocurrió en Santiago del Estero, habíamos ido a hacer un show ahí. Viajamos con el productor, decía que iba a ser un éxito porque habíamos vendido todas las entradas. En un momento, Guy escuchó que el gobernador había anunciado una exhibición gratis de El Zorro para todo el pueblo en una cancha de futbol, y dijo «Lo lamento por la gente, pero no voy. Acá hay un productor que puso dinero, que viajó, vino, que invirtió… Acá hay gente contratada y yo no puedo hacer una cosa así»”.
-¿Cómo solucionaron el problema?
-Su representante y yo lo queríamos convencer de que fuera, pero él insistía en que no. Les agradeció y se negó. Vinieron a la media hora. Llegó un tanque con soldados a buscarlo a la puerta del teatro. Él no quería subir, se rehusaba. Pero, finalmente, lo convencimos. En el estadio, subió al escenario, aunque sin antifaz ni capa. No se vistió para el show. Se paró, saludó a la gente y le dijo que le dolía mucho que ellos hubieran sido engañados, porque él no podía brindar un show ahí ya que había sido contratado para la obra en el teatro.
-¿Luego se hizo la función en el teatro?
-Luego se hizo la función.
Algunas aclaraciones
Araceli Lizaso aprovecha esta entrevista para dar su versión sobre algunos hechos que, según ella, fueron tergiversados. Por ejemplo, un detalle sobre la muerte de Catalano: “No es verdad que murió un 30 de abril. ‘Guy’ falleció el 1 de mayo de 1989″. Tanus se pliega a esta versión. Lizaso prosigue respecto a otro asunto sensible: “Es mentira que su hijo, Steve, vino a buscar las cenizas a la Argentina. ¡Se las tuvimos que enviar!”.
Tanus brinda un último detalle sobre la vida del estadounidense en la Argentina: “Él obtuvo la residencia permanente en el año ‘79. Más allá de llamarse Armando Joseph Catalano, la cédula otorgada por la Policía Federal decía «Guy Williams». Él sentía que le debía tanto a nuestro país que sí, efectivamente pidió conducir una ambulancia en el conflicto del Atlántico Sur”.
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