Primeras impresiones de León XIV, todos los altos cargos vaticanos provisionales y vivirá en el apartamento de Benedicto XVI, a Sarah y Bruke les gusta, Trump encantado, si Pedro es Pedro la barca está segura.

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Estamos a sábado diez de mayo de 2025, hemos vivido una semana de infarto, muchas horas de trabajo, de escuchar noticias de todo tipo, hemos intentado contar lo que veíamos, hemos visto mucho más de lo contado y ahora estamos con la resaca habitual. El Empire State Building se iluminó con colores dorados y blancos en honor al Papa León XIV, el primer Papa estadounidense la noche del jueves.

Las primeras impresiones es que León XIV está recibiendo el apoyo del desorientado y mortecino sector francisquista que parece que se han quedado sin un francisco a su gusto. Cuanto más pasan las horas, tenemos la impresión de el León XIV se está distanciando del Papa Francisco con sus decisiones, y que sus intervenciones están siendo impecables; después del 18 de mayo nos tememos que el Papa Francisco será una pesadilla del pasado. En el campo tradicionalista hay quienes critican al Papa León XIV, filtrando hasta las comas más pequeñas y desmintiendo cada matiz que pudiera sugerir, aunque sea remotamente, un signo de continuidad con el pontificado anterior. Lo cierto es que ha gustado que León XIV apareciera con la  muceta roja y la estola de las grandes ocasiones. No improvisó el texto , lo llevaba escrito, una señal de respeto hacia todos nosotros y un indicio de que tomó su misión muy en serio desde el principio. Ha gustado la referencia constante a Jesucristo, su expresión amable y su bendición solemne. Muy buena la homilía que pronunció en la Santa Misa Pro Ecclesia ante los cardenales, cuando habló de sí mismo como un “fiel administrador” del tesoro de la fe.

Hay que tener en cuenta de dónde venimos y el Papa Francisco,  por desgracia, con su demagogia, su populismo y su visión completamente horizontal ha deteriorado y devaluado muchas palabras y conceptos que en todo caso son parte de nuestra tradición y que no deberían ser abolidos sino, más bien, recuperados. La palabra “puente” es una de ellas, recordando que el mismo Papa es pontífice entre el cielo y la tierra, entre el hombre y Dios. La sinodalidad, entendida como comparación de ideas y sensibilidades, no es en sí misma algo malo, otra cosa es hacer  un mal uso ideológico de ella. Lo seguiremos con atención, pero no con una mirada prejuiciosa, ni con un fusil apuntando, ni sería cristiano y ni siquiera tendría sentido. Elegir a León XIV no fue fácil, la obtención de la amplia mayoría necesaria en tan poco tiempo fue el resultado de un considerable trabajo en la fase preparatoria por parte de quienes, con realismo, buscaron alternativas a las muy diferentes soluciones que estaban surgiendo. Podemos ser críticos del Papa Francisco, pero amamos al Papa y al papado y todo lo que supone y significa.  «¡Ecce Crucem Domini! ¡Fugite partes adversae! Vicit Leo de tribu Juda, Radix David! ¡Aleluya! «.

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