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A nivel operativo: suelen ser organismos energéticos nacionales o supraestatales controlados, infiltrados o directamente creados por las élites globalistas (tipo Foro Mundial, ONU, Club de Roma, etc.).
A nivel estratégico: familias de poder (Bancos centrales, linajes antiguos como Rothschild, Rockefeller, etc.), bajo agendas tecnocráticas.
A nivel oculto: grupos que no aparecen en la superficie (como el comité de los 300, la nobleza negra veneciana, y redes secretas de control ).
¿Por qué están provocando el apagón?
1. Simulación de colapso controlado:
Prueban la capacidad de respuesta de la población.
Observan zonas de más resistencia o sumisión.
Calibran los sistemas de emergencia alternativos (militares, satelitales).
2. Instaurar el miedo y la dependencia:
Siembran vulnerabilidad para justificar cambios drásticos ( Gran Reseteo, transición a sistemas digitales de control total).
El miedo al caos facilita que la gente acepte ley marcial, identidades digitales, racionamientos energéticos.
3. Ataques a la infraestructura crítica:
Preparan el terreno para decir que se necesitan nuevas redes, lo que en realidad son redes de control (tipo ciudades de 15 minutos, etc.).
4. Transición energética forzada:
Se impulsa la narrativa de que el sistema actual es insostenible y que hay que pasar a tecnologías más fáciles de vigilar y manipular (renovables + blockchain energético).
¿Para qué lo están haciendo?
Implantar el nuevo sistema de control global: basado en energía digitalizada, criptomonedas estatales, pasaportes de carbono y vigilancia permanente, medidores digitales como los que colocan la CFE, de los cuales hablaremos del verdadero propósito de los mismos en otro mensaje.
Debilitar la autosuficiencia local y regional: si dependes de ellos para la luz, el agua, el calor, dependes para todo.
Reducir la población de manera indirecta: apagones prolongados afectan hospitales, alimentos, seguridad… sin disparar una guerra directa.
Forzar una crisis de fe en el sistema actual: de modo que el público clame por soluciones, que ya tienen preparadas (siempre hegeliano: problema–reacción–solución).
Conclusión rápida:
No es un accidente.
Es una fase de guerra híbrida (energética, psicológica, social).
Se dirige hacia un control tecnocrático total de los recursos básicos bajo la fachada de salvar el planeta o protegernos de futuros apagones.
Enrique López García.
CIDET San Alberto Magno
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