Mientras los europeos hacen cola para ser recibidos en Pekín, en forma simultánea, la diplomacia china, que se ha posicionado a un óptimo nivel, sellaba en forma creativa la reconciliación de Irán y Arabia Saudita (AS), como ejemplo de resolución de los conflictos mediante el diálogo(http://bit.ly/3GtyVjS).

A Biden le dolió más la reconciliación de chiítas y sunnitas en el Golfo Pérsico (http://bit.ly/3KHyuoG) que el desfile de los europeos en Beijing. El perplejo director de la CIA, William Burns, en su visita de emergencia a AS, confesó que EU fue atrapado fuera de base(https://archive.is/hY6ze).

Según WSJ, “el sorprendente papel de China en elaborar la distensión ( détente) aceleró un realineamiento geopolítico en Medio-Oriente”.

Sucede que la alicaída diplomacia de EU no entiende la multipolaridad y permanece anclada en los caducos acuerdos anglo-franceses de Sykes-Picot de hace 107 (sic) años. Lo mismo le sucede a EU en Latinoamérica, donde persiste en su anacrónica aplicación de la doctrina Monroe de hace 200 (sic) años.

A la diplomacia (sic) de EU le falta la cintura geopolítica que le sobró con el inconmensurable George Kennan alias Mr X. (https://bit.ly/3zM5u8Z).

El Medio-Oriente ya no es el mismo. Marc Lynch (ML) del muy influyente Foreign Affairs, muy cercano a los estrategas que quedan del Partido Demócrata, se acongoja de la creciente influencia de Beijing en el Medio-Oriente: “El Fin del Medio Oriente: Cómo un Viejo Mapa Distorsiona la Nueva Realidad (http://bit.ly/3GrlCjX)”, lo cual exige dibujar un nuevo escrutinio del papel de EU cuando la concepción de Washington de la geografía del Medio-Oriente está fuera de tono con la política regional, y su supeditación con viejos (sic) modelos que estorban la política exterior de EU.

ML enuncia que la dinámica cambiante del poder global y la práctica regional están reorientando rápidamente a varios de los países líderes del Medio-Oriente; y el mapa que siguen no es el de Washington. Su mapa es el propio cuando ahora le corresponde a Washington aprender a leerlo.

Los vuelos entre Riad y Teherán, que solamente toman 2 horas, serán reanudados (http://bit.ly/3Up9Yfk). Robert Kennedy Jr. (RK) –candidato presidencial para 2024–, católico soberanista del partido Demócrata, rompe con los globalistas católicos de su partido Biden/Nancy Pelosi/John Kerry, adictos al globalismo en caída libre de la dupla balcanizadora financierista Rothschild/Soros: “El colapso de la influencia de EU sobre (sic) AS y las nuevas (sic) alianzas del Reino con China e Irán son emblemas dolorosos (sic) del fracaso abyecto (sic) de la estrategia de los neoconservadores para mantener la hegemonía global de EU con proyecciones agresivas de poder militar. China desplazó al imperio de EU al proyectar hábilmente su poder económico (https://bit.ly/3zKDCls)”. Vale la pena leer en su totalidad el mensaje de RK quien abunda sobre la alianza invencible (sic) de China y Rusia, mientras el dólar periclita como divisa global(http://bit.ly/417nd6i).

Reuters, principal agencia de la anglósfera globalista, cita a un anónimo funcionario iraní quien sentencia que la Era del involucramiento de EU en esta región concluyó (http://bit.ly/43gnIgl).

Ahora circula profusamente una frase de Robert Gates –Republicano, ex director de la CIA y ex secretario del Pentágono– que profirió sobre Joe Biden: pienso que (Biden) se ha equivocado en casi cada tema de seguridad nacional y de importante política exterior en las pasadas cuatro décadas(http://bit.ly/3KJGWna).

Para no perder nuestro abordaje dialéctico, vale la pena contrastar con la opinión de Jesse Marks, becario del Centro Stimson, en la revista balcanizadora Foreign Policy (fundada por Samuel Huntington), quien apuesta a que el arreglo de China entre Irán y AS puede no perdurar ya que Beijing tendrá tiempos difíciles para equilibrar sus lazos con Riad y Teherán (http://bit.ly/3KKG027).

La anglósfera globalista intentará con todo descarrilar el acuerdo creativo de la diplomacia china.

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