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| 01 julio, 2025
La mentira en su núcleo
Francisco dijo en su carta a los obispos que las respuestas al cuestionario lo “persuadieron” de la necesidad de intervenir. Falso. Lo que persuadía a cualquier lector honesto era todo lo contrario: que modificar Summorum Pontificum haría más daño que bien. Que el camino hacia la unidad ya estaba funcionando. Que los fieles de la liturgia tradicional no eran el problema, sino un tesoro pastoral creciente, especialmente entre jóvenes y conversos.
¿Qué se hizo entonces? Se ignoró el informe. Se ocultó. Se tergiversó. Se redactó Traditionis Custodes como si lo que se estaba cocinando en la Congregación fuera un clamor de episcopados aterrados ante el peligro tradicionalista. Y no lo era. Era —ahora lo sabemos con certeza— una operación de gaslighting eclesial en toda regla.
No hay motivos para esperar ni un día más
Santidad: su Predecesor mintió. Y con esa mentira causó dolor, división, humillación y persecución a sacerdotes y fieles que sólo pedían lo que el derecho de la Iglesia les garantizaba. Usted tiene ahora, providencialmente, la oportunidad de actuar. No como acto político. Ni como concesión táctica. Sino como acto de justicia.
Ya funcionaba. Ya daba fruto. Ya había paz.
Lo dice el informe: donde los obispos aplicaron Summorum Pontificum con inteligencia pastoral, la situación “quedó completamente pacificada”. Lo dice el informe: “la mayoría de los grupos estables están compuestos por jóvenes, conversos y fieles que han vuelto a los sacramentos”. Lo dice el informe: “suprimirlo provocará una nueva guerra litúrgica, posibles cismas, y desconfianza hacia Roma”.
“Dejen al pueblo elegir”
Eso escribió un obispo filipino al final del cuestionario. Y eso repitió Benedicto XVI en Francia: “Que nadie se sienta rechazado en la Iglesia”. La libertad litúrgica legítima no es un capricho, ni una concesión piadosa. Es el fruto de siglos de oración, fe y fidelidad. La Misa tradicional no divide. Lo que divide es mentir sobre ella, cercenarla con decretos arbitrarios y tratarla como una amenaza a exterminar.
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