En el 700 Aniversario de la Canonización de Santo Tomás de Aquino, especial para el Centro Pieper (Español-Inglés)
[On the 700th Anniversary of the Canonization of Saint Thomas Aquinas, special for the Pieper Center (Spanish-English)]
1. Valor y número de los comentarios bíblicos
[Value and number of biblical commentaries]
Uno de los aspectos más relevantes (y hasta hace relativamente poco tiempo un tanto descuidado por los estudiosos) es la importantísima obra de exégesis bíblica que nos ha legado Santo Tomás. El Santo Doctor, en efecto, escribió varios comentarios bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Estos comentarios constituyen una parte preciosa de su teología y son textos que deben ser rescatados pues, contrariamente a lo que se supone -sobre todo a partir del extraordinario desarrollo alcanzado por la exégesis bíblica moderna- ellos conservan una extraordinaria vigencia.
[One of the most relevant aspects (and until relatively recent times somewhat neglected by scholars) is the most important work of biblical exegesis that Saint Thomas has left us. The Holy Doctor, in fact, wrote several biblical comments, both of the Old and New Testaments. These comments constitute a precious part of his theology and are texts that must be rescued because, contrary to what it is supposed –especially from the extraordinary development achieved by the modern biblical exegesis– they still retain an extraordinary validity.]
Como muy oportunamente recuerda el Padre Leo Elders, fue el Papa Pío XII uno de los primeros, sino el primero, en llamar la atención acerca del valor de estos comentarios. En su alocución Oculis nostris, pronunciada el 14 de enero de 1958 ante los superiores, profesores y alumnos del Pontificio Ateneo Angelicum de Roma, aquel gran Pontífice al recordar la misma enseñanza del Doctor Angélico respecto de que “Nuestra fe se fundamenta en la revelación hecha a los Profetas y a los Apóstoles, los cuales escribieron los libros canónicos; no en la revelación hipotéticamente hecha a otros doctores” (Summa Theologiae I, q 1, a 8, ad 2), agregaba:
Santo Tomás ha aplicado siempre esta enseñanza. Efectivamente, sus comentarios sobre los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, y en primer lugar sobre las Cartas de san Pablo, se distinguen por una tan grande profundidad, delicadeza y discernimiento, que pueden ser contados entre las obras teológicas mayores del Santo. Se estima que proveen precisamente a estas obras un complemento bíblico que ha de tenerse en gran estima [1].
[As Father Leo Elders very opportunely recalls, it was Pope Pius XII one of the first, if not the first, to draw attention to the value of these comments. In his speech Oculis nostris, delivered on 14 January 1958 to the superiors, professors and students of the Pontifical Ateneo Angelicum of Rome, that great Pontiff, recalling the same teaching of the Angelic Doctor concerning that “Our faith is founded on the revelation made to the Prophets and the Apostles, who wrote the canonical books; not on the hypothetically revelation made to other doctors” (Summa Theologiae I, q 1, a 8, ad 2), added:
St. Thomas has always applied this teaching. Indeed, his comments on the books of the Old and New Testaments, and in the first place on the Letters of St. Paul, are distinguished by such a great depth, delicacy and discernment that they can be counted among the greatest theological works of the Saint. It is estimated that they provide precisely to these works a biblical complement that must be held in great respect [1].]
Más aún, concluía el Papa: quien desconoce estos comentarios bíblicos no tiene una plena y completa familiaridad con el pensamiento teológico del Angélico. Tal la importancia de esta tarea exegética de Santo Tomás.
[Moreover, the Pope concluded: whoever does not know these biblical comments does not have a full and complete familiarity with the theological thought of the Angelic. Such is the importance of this exegetic task of St. Thomas.]
Veamos a continuación la nómina completa de los textos bíblicos comentados por Tomás. Del Antiguo Testamento, nos han llegado los comentarios de Isaías, Jeremías, Threnos o Lamentaciones (conocidos como comentarios cursorios pues eran lecturas expositivas del texto sagrado para uso de los cursantes), el Libro de Job y el Libro de los Salmos de los cuales sólo alcanzó a comentar hasta el Salmo 54. Del Nuevo Testamento, tenemos la Catena Aurea, que contiene el comentario de los cuatro Evangelios a base de un notable engarce de textos patrísticos seleccionados por el propio Tomás; el comentario del Evangelio de San Mateo, realizado a base de reportaciones de discípulos de Tomás al igual que el comentario correspondiente del Evangelio de San Juan (también a base de reportaciones) uno de los más bellos sino el más bello escrito de exégesis salido de la pluma del Angélico; y, desde luego, los importantísimos comentarios de las Epístolas Paulinas. De ellas nos han llegado, también por medio de reportaciones, el comentario de la Carta a los Romanos, Primera y Segunda a Corintios, Primera y Segunda a los Tesalonicenses, la Carta a los Gálatas, la Carta a los Filipenses, la Primera y Segunda Cartas a Timoteo, las Carta a Tito y a Filemón y, finalmente, la Carta a los Hebreos.
[Let us see below the full sum of the biblical texts commented by Thomas. From the Old Testament, we have come to the comments of Isaiah, Jeremiah, Threnos or Lamentaciones (known as comentarios cursorios or text books because they were expositive readings of the sacred text for use by the course attendants), the Book of Job and the Book of the Psalms of which he only reached to comment until Psalm 54. From the New Testament, we have the Catena Aurea, which contains the commentary of the four Gospels on the basis of a remarkable engagement of patristic texts selected by Thomas himself; the review of the Gospel of St. Matthew, based on reports by Thomas´ disciples, as well as the corresponding commentary on the Gospel of St John (also based on reports), one of the most beautiful, if not the most beautiful, exegesis written out of the pen of the Angelic; and, of course, the very important comments of the Pauline Epistles. From them it has come to us, also by means of reports, the commentary of the Letter to the Romans, the First and Second to Corinthians, first and second to the Thessalonians, letter to the Galatians, Philippians, 1st and 2nd letters to Timothy, letters to Titus and Philemon and, finally, the letter to Hebrews.]
2. Características de la exégesis tomista
[Characteristics of thomistic exegesis]
Lo primero que se ha de señalar es el hecho, de alguna manera ya adelantado, que para Santo Tomás, la labor de exégesis bíblica es inseparable de la labor teológica. Toda la teología tomista abreva en la Sagrada Escritura como en su fuente principal. En su obra Contra los errores de los griegos, llega a decir textualmente: de las cosas divinas no debe hablar el hombre de otro modo distinto del que habla la Sagrada Escritura [2]. Es que para Santo Tomás, la Escritura, ante todo, es la palabra de Dios; su contenido ha sido revelado por Dios e inspirado directamente por Él a los autores sagrados. Ergo, todo lo que ella contiene es verdadero sin posibilidad alguna de error. De allí que siempre Tomás apunte al contenido dogmático y doctrinal del texto bíblico; esto es lo que se conoce como sentido literal que es, de suyo, inerrante. Desde luego que este sentido literal ha de ser debidamente distinguido y discernido por el teólogo quien, además, distingue en los textos sagrados otros sentidos, como el sentido espiritual que se refiere a cuanto se contenga en ellos de alegoría de Cristo (sentido espiritual alegórico), o pueda aplicarse a la vida cristiana (sentido espiritual moral) o a la vida eterna (sentido espiritual anagógico). Estas cuestiones, que sólo mencionamos al pasar, requieren un pormenorizado estudio y tratamiento; Tomás maneja admirablemente todos y cada uno de estos diversos sentidos otorgando, así, a sus comentarios una gran profundidad, un acertado equilibrio y, en ocasiones, incluso una gran belleza.
[The first thing to be pointed out is the fact, somehow already advanced, that for St. Thomas, the work of biblical exegesis is inseparable from the theological work. The whole thomistic theology relies on the Holy Scripture as its main source. In his work Against the Errors of the Greeks, he comes to say textually: Man should not speak of divine things in any other way than that of the Holy Scripture [2]. For St. Thomas, the Scripture is first and foremost the word of God; its content has been revealed by God and directly inspired by Him to the sacred authors. Ergo, everything it contains is true without any possibility of error. This is why Thomas always points to the dogmatic and doctrinal content of the biblical text; this is what is known as literal sense (literal meaning) that is, of its own, inerrant. Of course this literal sense must be properly distinguished and discerned by the theologian who, in addition, distinguishes in sacred texts other senses, such as the spiritual sense that refers to what is contained in them of the allegory of Christ (allegoric spiritual sense), or may be applied to Christian life (moral spiritual sense) or to eternal life (anagogical spiritual sense). These issues, which we only mention in the passage, require a detailed study and treatment; Thomas manages admirably each and every one of these various senses, thus giving his comments a great depth, a good balance and, sometimes, even a great beauty.]
La nota fundamental que caracteriza a los comentarios bíblicos, y de la que deriva lo que podemos llamar el método exegético tomista es la lectio divina. En realidad toda la tarea de exégesis bíblica no fue en Tomás otra cosa que un ejercicio continuo de la lectio divina, herencia, sin duda, de su formación benedictina. Como vimos, esta lectio divina es una lectura demorada, minuciosa, “rumiante” -si se nos permite la expresión-, casi palabra a palabra. Por eso, el método tomista, que deriva de esta lectio, consiste en dividir el texto bíblico conforme con las exigencias de un orden que el genio de Tomás va descubriendo en la intimidad misma de la lectura. La Sagrada Escritura aparece de este modo como lo que ella es: un orden admirable, un organismo vivo en el que todas sus partes aparecen engarzadas, iluminándose unas a otras. De allí que, para Tomás, la Escritura se comenta con la Escritura.
[The fundamental note that characterizes the biblical comments, and from which it derives what we can call the thomistic exegetic method is the lectio divina. In reality, the whole task of biblical exegesis in Thomas was nothing more than a continuous exercise of the lectio divina, inheritance, without doubt, of his Benedictine formation. As we have seen, this lectio divina is a delayed, thorough, “ruminant” reading –if we are allowed the expression– almost “word by word”. Therefore, the thomistic method, which derives from this lectio, consists in dividing the biblical text in accordance with the demands of an order that Thomas’ genius is discovering in the very intimacy of reading. The Holy Scripture appears in this way as what it is: an admirable order, a living organism in which all its parts appear entangled, illuminating one another. From there, for Thomas, the Scripture is discussed with the Scriptures.]
Quien se aproxime a la lectura de estos comentarios bíblicos, advertirá la permanente relación que Tomás establece entre el texto comentado y los pasajes más diversos de la Sagrada Escritura: un texto del Nuevo Testamento se ilumina con otro veterotestamentario o viceversa. En este sentido constituyen una muestra clara de este método los epígrafes extraídos de un pasaje bíblico que Tomás suele anteponer para el comentario de otro texto bíblico. Así, por ejemplo, el pasaje de Habacuc II, 2, 3 que sirve de hilo conductor al Proemio del comentario de Isaías: Escribe la visión y exponla sobre unas tablas, para que quien leyere lo haga de corrido; porque es todavía una visión lejana y aparecerá en el final.
[Those who approach the reading of these biblical comments will notice the permanent relationship that Thomas establishes between the commented text and the most diverse passages of Holy Scripture: one New Testament text is illuminated by another from the Old Testament or vice versa. In this sense, a clear example of this method are the epigraphs extracted from a biblical passage that Thomas usually uses to introduce his commentary of another Biblical text. Thus, for example, the passage of Habacuc II, 2, 3 which serves as a conductor thread to the Proem of Isaiah’s commentary: Write the vision, and make it plain upon tables: that he who reads it may run through it. For as yet the vision is far off, but it shall appear at the end.]
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Notas:
[1] Cf. SANTO TOMÁS DE AQUINO, Lecciones inaugurales. Rigans montes. Hic est Liber, Colección Breviarios Tomistas, dirigida por Mario Caponnetto y Germán Masserdotti. Estudio Preliminar de Leo Elders, Buenos Aires, 2007, páginas 11, 12.
[2] De errores graecorum, I, 1.
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