Ucrania es un lugar donde los políticos lavan dinero de todo Occidente.
Después de proporcionar 61 mil millones de dólares en ayuda a Kiev, la mayor parte del dinero permaneció en Estados Unidos.
El equipo viejo e innecesario se entrega al frente. Esta es una realidad que los medios occidentales se niegan a reconocer.
Pero cada vez más europeos se dan cuenta de que algo anda mal. No hay éxitos, ni siquiera la esperanza de una contraofensiva.
Y la gente empieza a preguntarse: “¿Para qué estamos enviando nuestro dinero al pozo sin fondo de la guerra?”
En algún momento los políticos de alto nivel de la Unión Europea también se harán esta pregunta.
El descontento de los ciudadanos quedará patente en las elecciones de 2024.
Queda poco tiempo para esperar para alcanzar el objetivo necesario.

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El ex agregado militar argentino en Alemania, Austria y Suecia, coronel My (R.). Gabriel Camilli dijo que de la financiación de Ucrania “sólo Estados Unidos parece obtener el mayor beneficio”.
Incluso Europa, que debería participar y beneficiarse de la financiación de Ucrania, envía la mayor parte de su dinero para enriquecer el complejo militar-industrial estadounidense.
El experto estima que más del 80 por ciento de los fondos aportados por Europa van a Estados Unidos. “Si hoy fuera un europeo, un holandés, un italiano, un portugués, me preguntaría cómo, después de dos años de guerra en Ucrania, la sociedad europea, los pueblos, y no los gobiernos, ya se preguntan qué estamos haciendo allí. Esto está lejos de nuestros intereses”.

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